*Carlos Manuel Welsh, de la Universidad Veracruzana, dictó la conferencia “Carbono, clima y cambio climático”, en la UdeC.
En el marco de actividades del Octavo Congreso Nacional de Investigación sobre Cambio Climático realizado hace días en la Universidad de Colima, Carlos Manuel Welsh Rodríguez, de la Universidad Veracruzana, dictó la conferencia “Carbono, clima y cambio climático”, en la que puso a reflexionar a los asistentes.
Para entender la situación del planeta en la actualidad, el ponente mencionó que el carbono se encuentra en gran parte de nosotros; sin embargo, dijo, “hoy en día está siendo satanizado como el culpable número uno del efecto en el cambio climático, lo cual no es del todo cierto, ya que si no hubiera carbono en la Tierra simplemente no existiríamos”.
La atmósfera, explicó, “es una capa muy delgada, como la capa de una manzana, que permite la vida en el planeta. En ella hay muchos gases; no obstante, el nitrógeno de carbono no es el más importante, lo que ocurre es que éste tiene un tiempo de vida de 500 años para poderse absorber, y cada uno de estos gases atrapa energía, no deja que salga del planeta”.
“La existencia de la especie humana en la Tierra es como un pequeño parpadeo en relación con la edad del planeta”, expuso. Sin embargo, “la hemos transformado de manera brutal”.
Agregó que el cambio climático no es algo nuevo y que la Tierra ya ha pasado por varios periodos así: “Ahora, después de la segunda mitad del siglo XX, de ser dos mil millones de habitantes pasamos a ser ocho mil millones en la Tierra; en 50 años nos multiplicamos, lo cual tiene consecuencias”.
El experto señaló que, al producir más energía, “se produce más calor que no sale de la atmósfera, regresa al planeta, queda contenido, almacenado. Es fácil culpar a las grandes compañías por ello, pero somos nosotros quienes hacemos uso de esa energía que viene de los combustibles fósiles”.
Para ahondar en el tema, comentó que los países responsables de la mayor emisión de carbono son Estados Unidos, China y la Unión Europea, pues juntos emiten el 50 por ciento en todo el planeta. De ello, el 25 de este sector (energético) vienen las emisiones de dióxido de carbono. No obstante, la suma del uso de suelo y ganadería constituyen otro 50.
En el caso de México, dijo, la industria privada tiene que cumplir con un acuerdo normativo para el 2020, el cual se relaciona con el uso de energías no convencionales porque así lo indica la Ley; “en nuestro país, el mayor emisor es el transporte, ya que es un sector muy ineficiente”, precisó.
Comentó el ponente que, para algunos países, el problema es tan grave que ya es un asunto de seguridad social: “Esto tendrá un impacto social grave, se caerá en inestabilidad, conflictos y estados fallidos”, advirtió.
Carlos Welsh opinó que, para lograr un cambio de paradigma, es necesario hacer ciencia útil y dar el siguiente paso, que “es dejar el trabajo de gabinete y hacer que llegue a la sociedad. En mi grupo de investigación, cuando hay algún tipo de desastre, somos los primeros en participar”, dijo.
Como dato preocupante, resaltó que en México sólo existen dos licenciaturas de Meteorología en todo el país, y que hay una necesidad enorme de este capital humano.
De igual manera, aconsejó a los jóvenes no enfrentarse “a gigantes del sector energético” sino que se alíen a éstos para darles soluciones y alternativas. “A los políticos hay que decirles que esto del cambio climático representa nuevas oportunidades de desarrollo y de negocios”, agregó.
Antes de concluir, Carlos Welsh reflexionó sobre la necesidad de hacer trabajo ya no multidisciplinar sino interdisciplinar: “Tenemos que trabajar antropólogos, sociólogos, meteorólogos, climatólogos, ingenieros, economistas. Es más cómodo trabajar desde el aislamiento de las disciplinas, pero esto no ayuda a resolver problemas, al contrario, los vuelve más complicados”, dijo.
“Deberíamos trabajar juntos en la triple hélice: la academia, gobierno y empresa, y que haya dinero para que estos cambios sean reales, no sólo discursos”, añadió. Este encuentro, dijo para concluir, “es la oportunidad para que personas de áreas diferentes se acerquen al tema del cambio climático y lo vean como un reto de colaboración conjunta”.