8 claves para no pillar la gripe este invierno, ordenadas de menos a más eficaces

Según los expertos, no hay una fórmula mágica para evitar la enfermedad, pero sí se lo podemos poner difícil

 

1. Tomar vitamina C (baja el riesgo de enfermar en un 1%)

Es cierto que existen algunos estudios que prueban cierta eficacia del consumo de la vitamina C en la prevención del resfriado común, pero es un mito que ayude a prevenir la gripe. Sin embargo, alimentarse bien claro que ayuda. “Partimos de que una dieta saludable fortalece el sistema inmunológico y hace que estemos más fuertes para esquivar y luchar contra el virus de la gripe o cualquier otro, pero la vitamina c no va a prevenir que nos contagiemos, tampoco lo harán los probióticos o comer mucho ajo”, asegura Miriam Fernández, experta en Microbiología de la Clínica de Navarra. “La vitamina C está en nuestra alimentación y solo necesitamos 1 gramo al día. Puedes tomar mucha más, pero lo único que harás es eliminarla por la orina”, añade José Luis Cañada Merino, coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria.

2. Salir a correr (baja el riesgo en un 10%)

Un estudio llevado a cabo por la London School of Hygiene and Tropical Medicine llegó a la conclusión, tras entrevistar a más de 4.800 personas sobre sus hábitos, que aquellos que hacen ejercicio intenso durante al menos 2 horas y media a la semana tenían un 10% menos de posibilidades de pillar la gripe. “Una persona que hace ejercicio es una persona sana y con el sistema inmune más fuerte. Además, cuando corremos producimos más secreción nasal, lo que provoca que si el virus está enganchado en las fosas nasales salga al exterior antes de que tenga tiempo a asentarse y penetrar en los pulmones. Respirar aire fresco en lugares abiertos también ayuda. El tracto respiratorio de una persona que corre funciona mucho mejor y las barreras defensivas están en óptimas condiciones. También bebemos más, lo que mantiene la mucosa hidratada, y nos duchamos a menudo, medida de higiene fundamental para eliminar patógenos y evitar el contagio”, explica Miriam Fernández.

3. Beber mucho líquido (baja el riesgo en un 10% o 20%)

“El virus de la gripe entra por las mucosas respiratorias, que son una barrera de protección ante virus y otros organismos. Hay gente a la que la faringe le segrega poco moco, está más seca, lo que provoca que el virus se adhiera mejor, se adentre más cómodamente y se haga más resistente. De ahí que los fumadores tengan muchas probabilidades de pasar una gripe cada año y que esta se presente con una infección mayor”, explica Cañada Merino. Beber una gran cantidad de agua hidrata esa mucosa y se pueda expulsar más fácilmente.

4. Evitar el frío y los ambientes secos (baja el riesgo en un 20%)

Al virus de la gripe le gusta el frío. Entra por las zonas más gélidas de las fosas nasales y varios estudios han llegado a la conclusión de que estas temperaturas bajas favorecen su reproducción. “Con el frío, la movilidad de las vellosidades (cilios) es menor, por lo que pierden esa capacidad para controlar el paso de los virus y es más fácil que se asienten”, explica Miriam Fernández. Lo mismo ocurre con la humedad del ambiente. Además de ventilar mucho la casa, hay que evitar que el ambiente esté muy seco y tener una humedad relativa, pues el virus se va inactivando cuando esta se incrementa, según indica un estudio realizado por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDD) de Estados Unidos y publicado en la revista ‘PLoS One’.

5. Limpiar y ventilar la casa (baja el riesgo en un 40%)

Ventilar es muy importante. Una habitación cerrada es siempre un caldo de cultivo para los virus. Las autoridades sanitarias recomiendan hacerlo al menos 3 veces al día, además de cuidar la limpieza de la casa: aspirar en lugar de barrer, desinfectar picaportes, teléfonos, mesas y sillas; y limpiar el polvo con trapos húmedos, nunca secos. Se puede hacer con los productos de limpieza habituales y con agua muy caliente, ya que el virus se inactiva a una temperatura mayor de 70 ºC.

6. Huir de aglomeraciones y espacios cerrados (baja el riesgo en un 50%)

Según un estudio realizado por epidemiólogos de la Universidad de Arizona, una sola persona infectada en una oficina puede contagiar a la mitad de sus compañeros en menos de 4 horas. Estos científicos contaminaron una puerta con un virus que no infecta a personas, pero que es muy parecido a la gripe, y a las dos horas, ya estaba en el comedor, los baños, las oficinas y despachos. Otros 120 minutos después, se había extendido a las superficies y en las manos de la mitad de la plantilla. Un estudio realizado en el 2015 por el área de Medicina del Trabajo de Prevención Fremap, concluyó también que el 35% de los contagios de gripe se produce en las oficinas y en los entornos laborales cerrados.

7. Vacunarse (baja el riesgo en un 70%)

La vacuna no es obligatoria para la población sana, pero es muy recomendable para los grupos en riesgo. En bebés, embarazadas, mayores de 65 años y personas enfermas con el sistema inmunológico débil, la gripe puede derivar en alguna complicación, por ejemplo, neumonía. Hay que ponérsela cada otoño, porque el virus de la gripe cambia de temporada en temporada y nuestras defensas no son capaces de reconocerlo, o solo lo hacen parcialmente. Aun así, su efectividad no es total. “Funciona en un 60 y 80% de los casos. Y, en generalm tiene más efecto en adultos y niños sanos. Los ancianos responden peor, porque su respuesta inmunológica de defensa es más baja, pero, paradójicamente, el riesgo de no ponerla es mucho mayor. Es muy importante vacunar a todos los niños que conviven con ancianos”, explica Cañada Merino, que recuerda: “Produce más inmunidad una gripe pasada que la vacuna”.

8. Lavarse las manos constantemente (baja el riesgo de enfermar en un 90%)

Las bacterias pueden sobrevivir en un pañuelo o en el suelo, pero los virus solo viven dentro de la célula de un mamífero. Aunque eso no significa que el virus de la gripe no pueda resistir un tiempo en superficies exteriores. Por ejemplo, en un pañuelo o en nuestra ropa puede quedarse hasta 12 horas, en una superficie lisa como el acero hasta 48 horas y en las manos no permanece más de 5 o 10 minutos. “Si en ese momento te rascas los ojos o te llevas las manos a la boca, ya estás contagiado. Por ello, la higiene es la mejor manera de prevenir la infección una vez hemos entrado en contacto con superficies potencialmente contaminadas. Para la población en general, lavar las manos es la medida más efectiva para prevenir la gripe”, explica Miriam Fernández, experta en Microbiología de la Clínica de Navarra. El Instituto de Salud Carlos III concluyó que el lavado de manos sí que previene del ingreso hospitalario, y recomienda hacerlo con agua y jabón (no es necesario bactericidas) al menos 5 veces al día (mejor 10 o más) durante, al menos, 20 segundos.