Abordan importancia de la mujer y la niña en la ciencia

*Como parte de la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia de la ONU, la UdeC realizó conversatorios, conferencias y exposiciones.

 

Este viernes, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que establece la ONU, la Universidad de Colima realizó de manera virtual el conversatorio: “La investigación científica también es cosa de niñas”, en el que participaron cuatro destacadas científicas mexicanas: Ana María Beatriz Cetto Kramis, del Instituto de Física de la UNAM; María de Jesús Rosales Hoz, del Departamento de Química del CINVESTAV; Mónica Uribe, del programa educativo de la NASA y Eva Ramón Gallegos, del laboratorio de Citopatología Ambiental del IPN.

 

La primera en tomar la palabra, María Cetto Kramis, habló sobre la importancia que ha tenido la ciencia desde su niñez, por lo que cree necesario fomentar y alimentar la curiosidad desde la infancia: “uno, desde pequeño, tiene esa curiosidad innata, por ello es importante alimentar esa curiosidad; esos deseos de investigar, de entender y averiguar significan un potencial tremendo y lo que se puede hacer es justamente lograr que tanto el sistema familiar como el educativo encuentren la forma de ir nutriéndola”.

 

“Es cierto – agregó – que universidades como la de Colima están haciendo un gran esfuerzo para incorporar a más jóvenes a los estudios y a la investigación científica, pero a estas alturas se tiene que hacer un esfuerzo extra para revivir esa curiosidad que tenían de niños”.

 

Por su parte, Ma. De Jesús Rosales Hoz, investigadora del Departamento de Química del CINVESTAV, habló sobre la situación actual de las mujeres en la ciencia en nuestro país; para ello, mostró datos de la Academia Mexicana de Ciencias, de la cual ella forma parte, señalando que México ocupa un quinto lugar en porcentaje de mujeres en la ciencia; “éste es un porcentaje muy bajo a nivel mundial; en su mayoría, dicho porcentaje ubicada se ubica en las humanidades y es menor en las ciencias exactas”.

 

Además, comentó que, en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), el porcentaje de participación de las mujeres es de 38.7 por ciento. Por otro lado, señaló que de acuerdo con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), el 55. 91 de los titulados de las licenciaturas universitarias y tecnológicas son mujeres.

 

“Tenemos -dijo- muchas mujeres que podrían incorporarse a las tareas de investigación y docencia científica, que son tan importantes para el desarrollo del país, pero en parte somos las mismas mujeres quienes nos hemos limitado, ya que nuestra visión autopersonal no contribuye a que aspiremos a ocupar estos puestos de investigación científica”.

 

En ese sentido, sugirió que las universidades que cuentan con mujeres investigadoras “deberían ser como mentores para cada joven que desee ingresar en la investigación científica, que las motive y las guíe; de igual manera, impulsar a que visiten otros centros de investigación y que les permitan ver mujeres desarrollándose en la ciencia, así como crear plazas para jóvenes que se estén doctorando; fundamentalmente, las mujeres debemos decidir que podemos hacer ciencia, no debemos olvidar que tenemos las capacidades; no nos coartemos nuestra libertad de decidir”.

 

Mónica Uribe, responsable del programa educativo de la NASA, compartió un poco sobre su historia e involucramiento en la ciencia, misma que le inquietaba desde muy pequeña; “la familia y los maestros fueron muy importantes para desarrollarme en el camino de la ciencia, ya que ellos siempre me inspiraron y motivaron”.

 

Esa motivación la llevó a estudiar la universidad y convertirse en ingeniera, lo cual, comentó, fue todo un reto, “ya que estudiaba en un salón con 40 hombres, siendo yo la única mujer, pero nunca me di por vencida; me gradué, trabajé en una empresa petrolera y en una empresa automotriz, donde fui gerente de planta; después mi vida dio un giro hacia la docencia, me certifiqué como maestra de secundaria y preparatoria, lo que me llevó a trabajar para la NASA, donde obtuve mi nombramiento de especialista de educación, lo cual me encanta porque ayudo a fomentar la creatividad, alentar la experimentación, el conocimiento en la ciencia, la tecnología y las matemáticas, además de fomentar la resiliencia, trabajar en equipo y con la comunidad”.

 

Por último, Eva Ramón Gallegos, jefa del laboratorio de Citopatología Ambiental del IPN, habló de la importancia de la ciencia en la vida cotidiana. La ciencia, comentó, “es una herramienta creada por el ser humano para comprender el mundo que lo rodea, así como para aplicar esos conocimientos en su beneficio, lo cual nos permite vivir más y mejor”. Para la ponente, el papel de las mujeres en la ciencia es importante, “ya que tenemos otro tipo de razonamiento para resolver problemas y consideramos, en nuestros proyectos, en mayor medida a ambos géneros”.

 

Antes de concluir, Eva Gallegos presentó un proyecto en el que lleva trabajando veinte años, enfocado a la cura del cáncer cervicouterino y el virus del papiloma humano, a través de terapia fotodinámica, que si bien, dijo, ya existe una vacuna, no cubre todas sus variantes; “en el laboratorio, después de 20 años, finalmente pudimos hacer unos ensayos en mujeres, en los que logramos eliminar el virus del papiloma humano, pero no solamente el virus sino las células de las lesiones de bajo grado y algunas bacterias y hongos”.

 

“Durante mi camino, mi familia fue primordial, así como mis maestros y mentores, colaboradores y estudiantes; sin ellos, sin el trabajo en equipo, lo sueños de uno no pueden avanzar, por lo que mi mensaje para todas es que no dejen que nadie les diga que no pueden, trabajen por sus sueños, piensen que lo pueden hacer y verán que lo harán”, concluyó.