A propósito | La iglesia en movimiento

La mañanera y el púlpito
La iglesia católica ya tomó la decisión de dar respuesta seria y enérgica a las acusaciones y descalificaciones del presidente AMLO y comenzará a convocar a su feligresía nacional a la movilización al interior de las iglesias y organizar un movimiento nacional a favor de la paz.

El gran problema para el presidente es que AMLO predica desde la mañanera y los sacerdotes predican diariamente y a toda hora en los miles y miles de templos que hay en todo el país en zonas urbanas, rurales y marginadas.

Veremos que discurso es más efectivo, si el de AMLO que niega esté fracasando su estrategia contra la inseguridad o la de la iglesia que hace un llamado al rechazo de la violencia y a reconocer la realidad en materia de inseguridad.

Les reprochó que no compartan la visión del Papa Francisco, quien se ha pronunciado en contra de combatir la violencia con el uso de la fuerza.

Ningún sacerdote pide al gobierno que use la violencia para combatir la inseguridad, al igual que todos los mexicanos, piden que contra la violencia se aplique la ley y que se use la fuerza legítima del Estado conforme lo establece el Estado de derecho.

Pero el presidente AMLO al igual que muchos asuntos y cuando hay críticas a su forma de gobernar, toma más impulso para descalificar a sus críticos y aferrarse a lo que él cree es lo correcto.

La comunidad jesuita pidió al presidente revisar su proyecto de seguridad y establecer un diálogo nacional para detener el «río de sangre» que corre por el País. «Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos», sostuvo el sacerdote Javier Ávila, líder de la comunidad jesuita en Creel.

«El problema de la violencia tiene que ver con la falta de trabajo, con la falta de oportunidades, eso es y eso lo piensa la mayoría del pueblo, sólo los conservadores piensan que pueden resolver los problemas con la ley del talión, sólo ellos». No es la ley de talión la que se debe aplicar, es la ley vigente que debe aplicarse a quien delinque.

El presidente Andrés Manuel López Obrador respondió a los reclamos de la comunidad jesuita, acusando a los religiosos de haberse olvidado de las masacres y del «mátalos en caliente» ordenados por el Estado durante la guerra declarada al narcotráfico.

«Todo eso se les olvida, incluso hasta los religiosos, con todo respeto, que no siguen el ejemplo del Papa Francisco, porque están muy apergollados por la oligarquía mexicana». O sea, los jesuitas asesinados estaban apergollados por los indígenas Tarahumaras.

Monseñor Ramón Castro, obispo de la Diócesis de Cuernavaca y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, rechazó los señalamientos del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien afirmó que la Iglesia católica ha callado en el pasado sobre la violencia en el país. Monseñor Castro afirmó que esas declaraciones “no corresponden a la verdad”.

Explicó que “en el sexenio del señor (Felipe) Calderón salió un documento: ‘Cristo, nuestra paz’, verdaderamente fuerte en donde se analiza la realidad de la violencia y se pone en evidencia lo mismo que ahora se está poniendo, se hace la misma crítica y se invita a retomar nuevas medidas”.

“Hace cinco años con (el presidente Enrique) Peña Nieto todavía, nuestro proyecto de Pastoral Global analizó en su primera parte una realidad fortísima de violencia que vivíamos e igualmente se hizo una invitación, así es que, en todos los momentos necesarios la voz de los obispos se ha hecho presente y se ha pedido, con todo respeto, como se ha hecho hoy en un comunicado, que se revise la estrategia que no está funcionando”.

Monseñor Castro rechazó que sean falsas las denuncias de obispos sobre retenes que no son de las fuerzas de seguridad en diferentes caminos del país o cobros por derecho de piso en parroquias.

Las declaraciones de obispos de Michoacán sobre que “hay territorios totalmente en manos del narcotráfico”, indicó que, seguramente “todo esto no es del conocimiento total del señor presidente y quizá por eso hace estas aseveraciones”.

Andrés Manuel López Obrador subió de tono las críticas y descalificaciones en contra de la Iglesia católica y la comunidad judía, al señalar que los primeros “son hipócritas”, porque los sacerdotes quieren que se resuelvan los problemas del país con violencia, mientras que a los segundos les dijo que “no tendrán patente de corso” para afectar su transformación.

AMLO acusó que se suscitó una campaña en contra de su gobierno y cuestionó que los religiosos se quedaron callados en sexenios pasados ante la práctica del “mátalos en caliente”, y preguntó: “¿Por qué esa hipocresía?”.

“No son capaces de decirlo, los sacerdotes, y no generalizo, y esas expresiones de que ‘ya no nos alcanzan los abrazos’, ¿qué quieren entonces los sacerdotes?, ¿que resolvamos los problemas con violencia?, ¿vamos a desaparecer a todos?, ¿vamos a apostar a la guerra?, ¿por qué no actuaron cuando [Felipe] Calderón de esa manera?, ¿por qué callaron cuando se ordenaron las masacres, cuando se puso en práctica el mátalos en caliente, cuando se decía a los altos mandos del Ejército ‘ustedes hagan su trabajo y nosotros nos encargamos de los derechos humanos’?, ¿por qué esa hipocresía?”, argumentó.

El subdirector de radio y televisión del Arzobispado de México, padre José de Jesús Aguilar y el padre Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedial, rechazaron que estén a favor de la violencia como sugirió el Ejecutivo y pidieron estudiar los documentos de los obispos en México para que vean las preocupaciones que les atañen en distintos momentos de la historia.

“Los dirigentes sabios no necesitan del uso de la violencia para asegurar los derechos de los ciudadanos, pero sí de la ley, de la no impunidad, estrategias de inteligencia y el diálogo con los distintos sectores de la sociedad”, comentó José de Jesús Aguilar.

“Llevamos más de 15 años haciendo denuncia de esto, a cualquier partido político que está en el poder y que ha estado fallando respecto a los mexicanos nosotros lo hemos denunciado. Lo hemos señalado y lo hemos dicho, y nuestros informes lo han avalado. El señor presidente habla mucho, pero debe de hacer más y lo decimos con todo respeto, como él dice”, subrayó Omar Sotelo.

Además, el presidente AMLO agarró pleito con la comunidad judía en México al señalar de “hitleriano” al periodista Carlos Alazraki y aseguró que si bien tiene amigos excepcionales entre la comunidad judía en México eso no significa que ésta tenga “una especie de patente de corso para poder dañar, para afectar un movimiento de transformación”. O sea Que la comunidad judía según AMLO pretende dañar a la 4T.

Los organismos de la comunidad judía reaccionaron en contra de las declaraciones del presidente, así AMLO se pelea a la vez con los católicos y los judíos y se niega a discutir su estrategia de seguridad. Cualquier declaración lo toma como una agresión concertada por fuerzas perversas que pretenden afectar su movimiento.

La convocatoria de la iglesia

Ante los asesinatos, desapariciones y la barbarie de violencia que vive el país, la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús convocaron a una Jornada de Oración por la Paz y dijeron que su apuesta es por el diálogo social para construir un camino de justicia y reconciliación.

Por eso convocamos a una Jornada de Oración por la Paz, necesitamos estar unidos en este momento en que la indignación de nuestro pueblo, ante la barbarie de la violencia, nos están abriendo una puerta para la paz”.

Pidieron que en todas las misas del próximo 10 de julio se haga memoria de todos los sacerdotes y religiosos que han sido asesinados en el país y ofrecer la intención de la eucaristía por su vida para que su dolor nos acompañe en este camino por la paz. “En los templos se pueden colocar fotografías de estos hombres y mujeres que han dado su vida por el pueblo de Dios y han recibido la muerte violenta”.

Pidieron que en este mes se celebren misas o se realicen oraciones comunitarias en lugares significativos que representen a todas las personas que han desaparecido o sufrido muerte violenta, activistas sociales o cualquier otra persona en situación de exclusión o vulnerabilidad, pues ahí hay una herida que sanar y está la fuerza que hoy necesita el país para construir la paz.

En las misas del 31 de julio “pidamos por los victimarios, oremos por sus vidas y la conversión de sus corazones, tendamos la mano para recibirlos con el corazón arrepentido. No más violencia en nuestro país.

“Nuestra apuesta es por el diálogo social para construir un camino de justicia y reconciliación que nos lleve a la paz”.

Así la iglesia ya decidió movilizarse y nadie se los va a impedir.

Quién iba a creerlo, que AMLO se confrontará con la iglesia, en plena campaña presidencial, nomás eso le faltaba.