La vacuna electoral

El tema de la pandemia tendrá, sin duda, un fuerte impacto electoral y los resultados de su manejo no serán favorables al gobierno, pues hasta hoy, van un millón y medio de contagiados y 128 mil fallecidos y estamos en una de las etapas más críticas de la pandemia, que no pudo ser domada ni aplanada en su curva de ascenso, ni en los contagios, ni en los muertos.

La pandemia afectó gravemente la economía, que cayó por segundo año consecutivo 2020, con un desplome brutal de 9 por ciento. El 30 de noviembre había 752,100 empleos menos registrados en el IMSS, que un año antes. La población económicamente activa cayó de 60.5 a 56.8 por ciento del total.

El presidente López Obrador declaró el 2 de abril que México estaba viviendo “una crisis transitoria”: “Esto no va a tardar y vamos a salir fortalecidos, y vamos a salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de acabar con la corrupción y que haya justicia en el país. Por eso vamos a salir fortalecidos, o sea, que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de transformación”.

O sea, hace 7 meses el presidente AMLO consideró que la pandemia “le había caído como anillo al dedo”, porque nunca midió la gravedad del contagio y el altísimo número de muertos que ya en el mes de diciembre se contabilizaron 20 mil más, el número mensual más alto a lo largo de la pandemia.

De seguro el presidente, cuando pronunció esa desafortunada frase, pensó en las elecciones del 2021, en las que su gobierno se presentaría ante el electorado como el gran salvador y abanderado de la salud, pero el virus no sabe de elecciones, ni forma parte del proyecto de la 4T y el manejo de la pandemia, en palabras del propio Dr. López Gatell, alcanzó en número de muertos dos veces mayor al escenario catastrófico al que no esperaban llegar, pero que la realidad lo superó.

Está claro que si el presidente Trump hubiera manejado de mejor forma la pandemia, a la que también desdeño y minimizó en su daño, hubiera ganado la elección presidencial en E.U; no obstante, obtuvo un gran número de votos porque mantuvo a flote la economía, a la que inyectó billones de dólares, para mantener la planta productiva y brindar a los desempleados miles de apoyos suficientes y oportunos para sortear la crisis económica.

El presidente Trump, ante su fracaso en el manejo de la pandemia, apostó los últimos meses a lograr la vacuna para ganar la reelección y si la vacuna hubiera estado a tiempo antes de la elección y la vacunación se hubiera iniciado un par de meses antes, el presidente Trump hubiera ganado la elección.

En México, el escenario es el mismo en materia sanitaria, catastrófico diría López Gatell, y la economía desastrosa, a diferencia de la de E.U. y la forma en que ambas crisis, la económica y la sanitaria, han sido atendidas por el actual gobierno federal, serán un referente muy importante para el electorado al evaluar al gobierno a la hora de votar.

La Secretaría de Hacienda, en el Informe de Finanzas Públicas y Deuda Pública al mes de noviembre, informó que en la Secretaría de Salud, el gasto de enero a noviembre es 0.2 por ciento menor que en el periodo comparable del año pasado; en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado cayó 0.5, es increíble que en plena pandemia, el sector salud haya ejercido menos presupuesto que en el 2019, eso explica la falta de medicamentos y la deficiente e inoportuna compra de equipo de protección de los médicos que han estado al frente de la pandemia.

El gobierno del presidente AMLO, al no haber tenido resultados favorables en el manejo de la pandemia, el número de contagios y de muertes así lo acreditan, apuesta ahora a que la vacuna le caiga como anillo al dedo y que ésta sea utilizada como un instrumento electoral, como ya lo presume el partido Morena.

El anunció de la vacuna, que no es un logro del gobierno mexicano sino de la comunidad científica internacional, ha sido ya politizado, como se demostró el 24 de diciembre, cuando llegó el primer cargamento insignificante de 3 mil vacunas al aeropuerto de la Ciudad de México, al que acudió medio gabinete presidencial, como si hubieran ido a recibir al presidente electo Biden.

En México, el tema de la vacunación no ha sido tan exitoso como el éxito de la vacuna, pues el que haya vacuna en este momento no quiere decir que cesen la pandemia, el contagio y los muertos, faltan muchos meses para que eso suceda y será, sin duda, hasta después de la elección del mes de junio.

El gobierno federal ya informó la cantidad de dosis que llegarán durante el mes de enero: 1 millón 450 mil, que apenas alcanzarán para la doble aplicación a todo el personal de salud y se anunció que, si todo sucede como está planeado y anunciado, a finales de marzo estarán vacunados todos los adultos mayores de 60 años, para tener un universo de 12 millones de vacunados, que representan el 10 por ciento del total de la población de México.

Lo que significaría aplicar 133 mil vacunas por día, lo cual no es nada fácil y menos para un gobierno que en materia de salud no acredita buenos resultados y prefiere improvisar y no recurrir al corrupto personal capacitado.

El enfrentamiento con los Estados en materia de salud, no es un buen augurio para la vacunación masiva, pues la experiencia en campaña de vacunación masiva está en el personal de salud de los estados y no en los cuerpos militares.

La negativa del gobierno federal al no permitir el apoyo de los gobiernos estatales en la compra y aplicación de la vacuna es una falta de coordinación anticipada que no ayudará al gran esfuerzo nacional de vacunar pronto y bien a la mayoría de los mexicanos y es que el gobierno federal lo quiere hacer solo y directo para demostrarle a los votantes que el gobierno de Morena es el que aplica gratuitamente la vacuna.

El fracaso está siendo ya anunciado, al politizar la vacunación y darle prioridad en las entidades donde gobierna Morena.

El presidente AMLO obtuvo el triunfo electoral por la vía democrática y sus buenas intenciones no deben ser obstaculizadas ni por la oposición que politice o anuncie un fracaso en la vacunación que a nadie conviene, ni por el gobierno federal que la politice buscando rentabilidad electoral en el otorgamiento de las vacunas.

Está claro que nadie debe sacar ventaja de la crisis, porque, además, las experiencias nos dicen que las tragedias y las malas decisiones públicas perjudican a todos.

La vacuna no da para ganar una elección, pero si para perderla.

Con información de: https://apropositofmp.wordpress.com/2021/01/05/la-vacuna-electoral/