Alianzas sí o no, disyuntiva crucial

En Morena nos encontramos debatiendo la disyuntiva de ir o no en alianza con otros partidos políticos en este proceso electoral 2020-2021. Al interior del Consejo Nacional existen, como es común, razonamientos diversos y pudiéramos afirmar hasta antagónicos: unos que descartan la viabilidad de las alianzas y otros que ven la pertinencia de suscribirlas.

En mi calidad de consejero nacional, mi convicción es sumar, no restar; pareciera una definición simplona pero no lo es, ya que no es coincidente y difiere de los argumentos que sostienen que Morena ya no ocupa aliados porque tenemos en nuestras filas para dar y repartir, y yo, como muchos otros, pienso que no debemos desdeñar ni subestimar a las fuerzas políticas que han dado su respaldo en el Congreso de la Unión a las iniciativas de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, y debemos reconocer que sin su voto a favor, no hubiesen transitado estas acciones legislativas que ahora son tangibles y han sentado un precedente histórico, al representar en los hechos la construcción de una nueva constitución política. Y no, no es exagerada esta analogía, porque de los 136 artículos que contiene la Carta Magna, muchos de ellos, los de más contenido social, se han armonizado al proyecto alternativo de nación, insisto, gracias al concurso de los partidos aliados que han respondido en lo fundamental a este imperativo de consolidar la Cuarta Transformación de la vida pública del país.

No debemos olvidar que quien fomentó las alianzas estratégicas fue el actual Mandatario de México, recuerdo claramente su mensaje en un Consejo Nacional, en calidad de candidato a la Presidencia, enviado a quienes en ese entonces nos oponíamos a las alianzas con el PT y el PES; nos dijo que “nos despojáramos de la falacia de que los que estamos adentro somos los buenos y los que llegan de fuera son los malos, porque todos tenemos derecho a una segunda oportunidad”. Por supuesto que esto ocurrió en tiempo y circunstancia diferente, ahora somos gobierno con un alto nivel de aceptación ciudadana y con un Presidente que con sus políticas de gobierno fortalece a nuestro instituto político, mismo que él, con su tesón y perseverancia, fundó. De ahí que la política de alianzas deberá sujetarse a criterios que comprometan el respaldo a la consolidación de la Cuarta Transformación, además que quienes la integren hayan mostrado el apoyo en estos años, en lo local y en lo federal.

En ese tenor, debemos ponderar la experiencia de 2018, de la conveniencia de ir en una alianza estratégica, más que en otro sentido, y avanzar en un proyecto ganador. Insisto, no podemos soslayar el hecho de que con los grupos parlamentarios del PT y el Partido Verde, con contadas excepciones, hemos tenido la mayor coincidencia para impulsar los cambios y sacar adelante las propuestas del Presidente, entre las que destacan los programas sociales y los derechos a la salud ya elevados a rango constitucional, garantizando su permanencia transexenal.

Debemos ser claros que el objetivo es ganar y para ello es indispensable mostrar madurez y voluntad política, mandando a la ciudadanía un mensaje de unidad y fortaleza que se traduzca en un impacto positivo para contrarrestar la ofensiva permanente y sistemática de los adversarios, quienes se han unificado en torno a una agrupación de ultraderecha “México sí” los Frena, los BOA, y demás especímenes, en una concertación perversa, auspiciada por los oligarcas más retrógradas y que tiene la intencionalidad de descarrilar este humanista proyecto de cambio que aspira a mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.

De ahí que debemos sopesar cuál es el potencial y la rentabilidad política de cada uno de los partidos y agrupaciones políticas que se pudieran integrar a una coalición, ya sea de carácter total, parcial o flexible en donde las condiciones geopolíticas lo permitan, por entidad, por municipio o por distrito. Es decir, no podemos eludir esa posibilidad, que deberá contar con los candados y compromisos que garanticen en adelante que nadie traicionará ese pacto y en su defecto pagará caro el atrevimiento, por lo cual creemos que es necesario un análisis a profundidad por el bien de México y de Colima.

*Presidente del Comité Ejecutivo Estatal de Morena Colima