Desde la ingeniería Trabaja UdeC en proyectos de medicina personalizada

 

 

*Se trata de una prótesis endovascular, de simulaciones para los problemas de glaucoma, del crecimiento de un tumor cancerígeno, así como el análisis de aneurismas a través de modelos 3D y simulación numérica.

 

La medicina personalizada ha ganado terreno en países europeos y Estados Unidos, ya que permite a los médicos no sólo revisar de manera precisa a cada paciente, sino que además, los especialistas podrían practicar cirugías antes de la intervención. En México, este tipo de prácticas no es algo nuevo, pero se conoce poco.

 

En este sentido, el laboratorio de Termofluidos de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (FIME) de la Universidad de Colima, se ha unido a estos proyectos, que permitirán brindar tratamientos específicos, tales como el diseño de una prótesis endovascular, simulaciones para los problemas de glaucoma, del crecimiento de un tumor cancerígeno, así como el análisis de aneurismas a través de modelos 3D y simulación numérica.

 

Estos proyectos son encabezados por el investigador Carlos Escobar del Pozo, quien fue reconocido en fecha reciente por la International Society of Biomechanics (ISB) debido a sus propuestas tecnológicas.

 

Escobar del Pozo, entre otras cosas, quiere brindar a los neurólogos dos tipos de análisis para los aneurismas (dilatación anormal de las paredes de una arteria o vena): el primero de ellos es una simulación digital detallada del aneurisma y características del flujo sanguíneo; el segundo, se trata de una impresión en 3D que podrá ser empleada para ver a detalle el tumor o bien practicar previamente la intervención quirúrgica.

 

Espera que, al término del presente semestre, el proyecto de análisis e impresión en 3D haya concluido sus pruebas, para así colaborar con hospitales públicos y privados, “con el fin de que no sólo podamos trabajar con Neurología sino en otros aspectos de la salud”, dijo.

 

Además, el laboratorio de Termofluidos de la Universidad de Colima trabaja en otras investigaciones relacionadas con simulaciones, a cargo de estudiantes como Gregorio Martínez y Alberto Brambila, de doctorado; Gabriel López y Carlos Torres, egresados de maestría y Emmanuel Padilla, Raziel Campos y Juan Contreras, de maestría. También realizan colaboraciones con el investigador Azael García, de este mismo plantel, y el matemático Roberto Sáenz, de la Facultad de Ciencias.

 

Carlos Escobar reconoció que la unión de la ingeniería y la medicina no es nueva, pero que en los últimos años ha cobrado relevancia, sobre todo el área de ingeniería biomédica: “En los últimos años, la física, química y las matemáticas han tratado de abonar a las soluciones de diferentes enfermedades”, precisó.

 

¿Pero qué tienen en común la ingeniería y la medicina para resolver problemas de salud? Lo que para el médico es una artería, dijo el experto, “para nosotros son tuberías; lo que para el médico es un corazón, para nosotros es una bomba; la sangre para nosotros es un fluido con ciertas características, porque todo está gobernado por leyes físicas, entonces podemos darle solución. Es evidente que yo no puedo determinar cómo funciona con cierto medicamento, pero sí puedo brindar al médico visiones diferentes a lo que ellos observan”.

 

Para el investigador universitario es un aliciente que los alumnos se interesen en un área que es poco conocida: “Si alguien estudia para mecánico electricista, quiere arreglar un coche o hacer instalaciones eléctricas; son pocos quienes hacen mecánica de fluidos, pero son necesarios para generar nuevos dispositivos biomédicos. Por ejemplo, para hacer las válvulas que se necesitan en la medicina del futuro”, comentó.

 

Finalmente, Escobar del Pozo invitó a los alumnos del plantel a incorporarse al área de Mecánica de Fluidos, “pues está catalogada en Europa y Estados Unidos como de mayor crecimiento en los próximos 20 años y con los mejores salarios. Sobre todo, tiene retos diferentes y es una buena forma de dedicarse a algo que no sea tan monótono”.