Lastimoso y condenable que en 2018 se destinen mayores recursos al pago de la deuda

 

 

El proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el 2018 no es más que el reflejo del mal manejo de las finanzas del país por parte de la clase gobernante y su desinterés por el bienestar de los mexicanos, puesto que pretende destinar más recursos al pago de la deuda pública (664 mil millones, 10% más que en 2017) mientras que los rubros de mayor importancia como educación, campo, desarrollo social y otros sectores productivos, son marginados, lo cual es lastimoso y condenable.

 

Sin duda, las condiciones políticas, económicas y sociales en las que se encuentra México, apremian a un gobierno responsable en la definición del Presupuesto, sin embargo, ante la falta de visión y sensibilidad política, queda a la Cámara de Diputados modificar el proyecto, por lo que demandamos a los legisladores defender el bienestar de la mayoría de los mexicanos por encima de los intereses particulares o de grupo.

 

Resulta penoso que la administración actual, sumida en una realidad que no existe, presuma logros cuando el país se encuentra en una crisis generalizada y durante los cinco años que lleva al frente del país, la deuda se haya incrementado 60%, es decir, endeudó al país para pagar más deuda, mientras que recortó recursos a educación, al sector agropecuario, a Pemex y CFE, lo que frena el desarrollo y progreso para la mayoría de los mexicanos y del país.

 

Consideramos que el PEF 2018 del gobierno federal es errático puesto que propone un incremento de recursos para la Secretaría de la Defensa Nacional y para la Marina en un enfoque de combate a la inseguridad, sin embargo, con ello sólo atiende el problema de manera superficial, ya que el fondo para mitigar la inseguridad es generar las condiciones para evitar que la gente se involucre en actividades delictivas, lo cual se puede lograr con educación de calidad, empleos bien remunerados y oportunidades de desarrollo, por lo que conminamos a invertir en esas áreas vitales que darán resultados positivos en un mediano y largo plazo para todos los mexicanos.

 

En este contexto, es lamentable que el gobierno proponga el incremento del PEF cuando se ha documentado que destina gran parte de los recursos a gasto corriente, lo cual se traduce en que los impuestos costeen privilegios de los funcionarios públicos, lo cual es inadmisible y una ofensa para los millones de mexicanos que a diario libran una batalla para sobrevivir. Ejemplo de lo anterior son los miles de millones que se destinan al pago del avión presidencial, los 122 millones de pesos que el INE gasta por concepto de arrendamiento de autos, altos sueldos de asesores de la Presidencia y Secretarías de Estado, pago del rescate bancario, todo lo cual está muy lejos de la política de austeridad que pregonan, además de un raquítico crecimiento de la economía que no alcanza ni el 3%.

 

Finalmente, reiteramos el llamado a los diputados federales para analizar y discutir el PEF de manera imparcial, sin tintes partidistas, y con el objetivo primordial de procurar los intereses de la mayoría de la población.