El fin de semana, 200 mil personas conducen bajo el influjo del alcohol: diputados

La Comisión Especial de Salud Mental y Drogas de la Cámara de Diputados advirtió que los fines de semana, es decir, los días jueves, viernes y sábado en México, cerca de 200 mil personas conducen bajo los influjos del alcohol, lo que se relaciona directamente con la muerte de 24 mil personas al año, equivalentes a 55 decesos al día, ocasionados por accidentes automovilísticos.

La presidenta de esa instancia parlamentaria e integrante de la fracción del Partido Acción Nacional (PAN), Leticia Amparano, dijo que por ello, es necesario crear conciencia entre los ciudadanos, al declarar el 21 de mayo como el “Día Nacional de Orientación sobre el Uso Nocivo del Alcohol”.

La legisladora señaló que la población debe tener presentes las consecuencias negativas e incluso mortales de combinar el volante con el consumo excesivo de alcohol.

Detalló que de acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud, en el 2013 México se ubicó en el séptimo lugar en materia de muertes en accidentes de tránsito.

Amparano Gámez indicó que desde el 2009, la Secretaría de Salud implementó a nivel nacional el Programa Nacional de Alcoholimetría, sin embargo, el problema persiste.

Agregó que el consumo inmoderado de alcohol se relaciona con el desarrollo de más de 200 enfermedades incluyendo trastornos mentales, cirrosis, algunos tipos de cáncer, fallas cardiovasculares y traumatismos por violencia y accidentes vehiculares.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) apuntan a que cada año mueren 12 mil 540 personas, lo que equivale a 34 muertes diarias, una cada 40 minutos, por enfermedades del hígado provocadas por la ingesta desmedida de alcohol. Aunado a que los “accidentes vasculares” y enfermedades relacionadas con el alcoholismo ocupan dos de las primera cuatro causas de muerte entre personas de 35 a 44 años.

Expuso que el Centro de Ayuda al Alcohólico y sus Familiares (CAAF) de la Secretaría de Salud federal, ha identificado plenamente que el consumo excesivo de bebidas embriagantes inicia por curiosidad, por la invitación de amigos y familiares, por problemas intrafamiliares, por presión social y por depresión.