Tres estudiantes del Bachillerato 4 de la Universidad de Colima y uno del Colegio Campoverde, lograron medallas de oro y bronce en la Olimpiada Mexicana de Matemáticas (OMM) que se realizó en Acapulco, Guerrero, la semana pasada.
Luego de dos días de resolver problemas de diferente complejidad, Sergio López Robles, del Bachillerato 4, alcanzó la presea de oro mientras que Martín Isaías Castellanos y Bruno Gutiérrez Chávez, también del Bachillerato 4, así como Ulises Lugo Flores, del Colegio Campoverde, obtuvieron medalla de bronce.
En entrevista, el medallista de oro, Sergio López Robles se dijo satisfecho de la competencia, en la cual participa por cuarta vez “ y lo que más me gusta es conocer a tanta gente que tiene el gusto por las Matemáticas y que son lo mejor de cada Estado”.
A su vez, las estudiantes Leticia Barajas Ramírez y Mónica Cárdenas Cuevas que también participaron sin alcanzar preseas dijeron, sin embargo, estar seguras de que éste fue apenas un entrenamiento para la próxima competencia, pues consideran que aún pueden aprender técnicas y herramientas que les ayuden a encontrar distintas soluciones a los problemas que les presenten.
Además, se sintieron orgullosas de formar parte del grupo de mujeres apasionadas por las Matemáticas: “Está padre ser de las pocas mujeres que se atreven a intentarlo, porque a nivel nacional son pocas las que van, pero estamos en ese proceso de tener más participación, por eso practicamos para sacar buenos resultados”, dijo Cárdenas Cuevas.
Por su parte, el entrenador de los seis participantes, Isaías Castellanos compartió que no recibe un pago por entrenar a los estudiantes; sin embargo, le apasiona compartir su experiencia y conocimientos: “Lo hago porque me gusta ir a la competencia y saber que les estoy ayudando. No es porque me paguen, porque no es un trabajo: es por el sentimiento de que alguien gana y tú lo ayudaste. Además, en Colima no hay mucha gente que entrene a nivel preparatoria”.
Aunque el proceso de entrenamiento de estos jóvenes es de siete de la mañana a nueve de la noche todos los sábados, Isaías Castellanos comentó que esto no consiste en métodos rigurosos sino en que los mismos estudiantes encuentren las rutas para resolver un problema con las herramientas que se les enseñan.
“Les ayudo a preguntar situaciones concretas de los enunciados, porque no sólo es conocimiento, pues hay gente que es súper buena y al momento del examen no le va bien, se ponen nerviosos”, puntualizó.
Es importante mencionar que para acudir a la competencia, los seis estudiantes recibieron el apoyo de instituciones como la Universidad de Colima y la Secretaría de Educación y también de sus padres de familia.