*“Es un libro surgido de la valentía, porque no es fácil verse al espejo y narrarse de manera descarnada, sin contemplaciones y sin victimismo, con sinceridad y en libertad”: JEHN.
El escritor Carlos Velázquez Perales (Coahuila, 1978), recibió el Premio Bellas Artes de Narrativa Colima para obra publicada 2018 por su libro “El pericazo sarniento (selfie con cocaína)”, de manos del rector de la Universidad de Colima, José Eduardo Hernández Nava, y la subdirectora de Publicaciones de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Rosalía Chavelas Peña.
De acuerdo con el jurado, compuesto por los escritores Sol Ceh Moo, Roberto Morago Pliego y Fabio Morabito, esta obra mereció ganar “porque hay en ella un riesgo en el lenguaje y audacia narrativa. Revalora la figura del pícaro y muestra una evidencia de la adicción que no cae en victimismos ni llamados a la redención y manifiesta el sentimiento del amor con verdadera libertad”.
El premio Bellas Artes de Narrativa Colima para Obra Publicada se entrega desde hace 38 años por la Universidad de Colima, el INBA y la Secretaría de Cultura, y tiene un monto que asciende a los 300 mil pesos. Lo han ganado, entre otros, Sergio Pitol, Elena Garro, Daniel Sada, Enrique Serna, Beatriz Espejo y Mónica Lavín.
Sobre la obra premiada este año, el rector Hernández Nava coincidió con el jurado en que es, en efecto, “dura y sin miramientos ni victimismos; muestra la relación del autor con las drogas hasta preguntarse cómo funciona la mente del adicto. Es una crónica y una reflexión que permite al autor regresar de una autoexploración de sí mismo con una prosa poderosa, dura y contundente”.
“Da cuenta –dijo–, de manera cruda y viva, de lo que cambió el país y la violencia desatada por las estrategias de combate al crimen organizado y del propio combate entre los cárteles de las drogas. Es un libro surgido de la valentía, porque no es fácil verse al espejo y narrarse de manera descarnada, sin contemplaciones y sin victimismo, con sinceridad y en libertad”.
En su turno, la subdirectora de Publicaciones de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, Rosalía Chavelas Peña destacó el mérito de la obra, “al ser biográfica y, más aún, sobre adicciones, un género casi inexistente”.
Calificó la obra de Carlos Velázquez como “ágil, desafiante e implacable. Es un ensayo personal que avanza con rabias verbales, sin recato o doblez, con frases, giros, vocablos del habla popular y del mundo de la droga que se metamorfosean en sentencias demoledoras, porque reflejan la dura realidad de la violencia y adicción que reina en el país”, describió.
“El autor usa con tal habilidad el lenguaje, que casi siempre el lector sonríe o estalla a carcajadas por el resultado trágico de las situaciones. Además, con su libro ‘La efeba salvaje’ da prueba, una vez más, de su eficacia a la hora de titular sus obras y capítulos de las mismas”, agregó.
Chavelas Peña resaltó la renovación cultural que genera este premio anual con la Universidad de Colima y agradeció los lazos de amistad, así como los esfuerzos durante este año para ofrecer el Diplomado en Literatura Mexicana, el de Literatura Europea y el de Escritura dramática, a los cuales se han integrado 65 alumnos. También mencionó el Programa de Estancias Laborales, donde participan cinco alumnas de la Universidad de Colima.
Dio a conocer que, durante esta visita a la Casa de Estudios, entregará a la Facultad de Letras Comunicación los últimos libros editados por el INBA para nutrir la biblioteca del plantel.
En su momento, el alumno de Letras Hispanoamericanas, Alberto Vadillo Guzmán dio una detallada reseña sobre este libro. Comentó que no es cuento ni una novela, sino un ensayo personal en el que Carlos Velázquez narra su paso por las drogas y las experiencias negativas y positivas que vivió estando o no bajo los efectos de las drogas.
“Mediante las palabras, nos permite acerarnos a ese mundo breve pero complejo por sus propios términos, claves, clasificaciones y agrupaciones. La soda, el chichiflín, el pascual, el fifí, el cornfleis, la caspa del diablo, doña blanca, son las palabras que definen a la cocaína, según lo menciona el autor”, comentó.
El texto, aseguró, “es más bien una crónica sobre el consumo, desde las sustancias más simples como el alcohol hasta la mariguana, una droga que, según dice y explica el autor, es la droga de los pobres”.
Finalmente, Carlos Velázquez dirigió unas palabras a los asistentes, estudiantes en su gran mayoría, que aplaudieron emocionados su discurso.
Dijo que escribió este libro buscando respuestas, porque en su familia tiene abuelos alcohólicos y un padre ludópata, y él quería saber por qué desde adolescente le gustaron las drogas. “No pensé que escribiría una crónica, pues no estudié periodismo ni ciencias de la comunicación”, agregó, aunque reconoció haber leído las 24 horas del día desde los 22 y hasta los 27 años”.
Apuntó que la publicación de esta obra fue una decisión acertada, por el premio que ahora recibió y porque habrá una edición en Perú y otra en España, así como una traducción al inglés: “El libro me ha dado algo de lo mucho que he perdido. Nunca he tenido una cantidad así de dinero junta. Hoy, este monto no es ni el 10 por ciento de lo que he gastado en mi vida con la cocaína”, dijo, aseveración que arrancó las risas de la audiencia reunida en el auditorio del plantel “Gregorio Macedo López”.
Por último, agradeció la asistencia del público y la ceremonia de entrega de este premio, después de lo cual interactuó con los jóvenes estudiantes y docentes.
También estuvieron en el evento Christian Torres Ortiz, secretario general; Eduardo Monroy, coordinador general de Docencia; Fernando Macedo, coordinador general de Extensión; Gilda Callejas, directora general de Difusión Cultural y Paulina Rivera, directora de la Facultad de Letras y Comunicación.