El presidente electo reconoció que no hay una crisis política ni financiera; sin embargo, dijo que el gobierno saliente deja problemas de pobreza, violencia e inseguridad.
El presidente electo Andrés Manuel López Obrador consideró que la administración de Enrique Peña Nieto logró avances, pero también dejó graves crisis en pobreza, inseguridad y violencia.
Al preguntarle si considera que el actual gobierno deja un México más fuerte, López Obrador respondió:
“Sí, pero pues hay problemas, eso es público, es notorio que hay una crisis en el país pero también se ha logrado que la transición se esté dando en armonía, con estabilidad, no hay crisis política, no tenemos una crisis financiera, no nos está pasando lo que desgraciadamente está sucediendo en Argentina, entonces eso también hay que considerarlo”.
A su llegada a Monterrey, donde se reunirá con obispos y empresarios, insistió en que hay avances y rezagos en los que su gobierno trabajará.
“Tenemos problemas, problemas graves, hay mucha pobreza y sobre todo mucha inseguridad y mucha violencia, pero hay condiciones también porque hay ánimo de esperanza en la gente, de que las cosas van a mejorar, van a cambiar, y nosotros vamos a estar a la altura de las circunstancias, vamos a responderle a la gente”.
Prefirió no responder si, en general, el país está mejor, igual o peor que hace seis años, “no quiero juzgar a nadie, yo estoy viendo para adelante y yo lo que creo es que necesitamos unirnos todos, no pelearnos”.