*Rocío Moreno Torres dictó la charla “Tanatología y el Trabajo Social”. en la UdeC.
Entre los temas abordados en la Semana Cultural de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Colima, Rocío Moreno Torres dictó la charla “Tanatología y el Trabajo Social”, en la que abordó aspectos históricos y formas de intervención sobre el tema.
Moreno Torres es egresada de la quinta generación (1982-1987), en el área de Trabajo Social Penitenciario de la entonces Escuela de Trabajo Social de la UdeC, y cursó un diplomado en Tanatología.
En su disertación, comentó que México es un país donde existe una arraigada tradición de la muerte; “nos mofamos de ella y la honramos desde tiempos prehispánicos; pero, paradójicamente, el acto de morir es el mayor temor”, agregó.
Dijo que el término de la ciencia de la muerte fue acuñado en 1901 por el médico ruso Elías Metchnikoff y que, a mediados del siglo pasado, los médicos psiquiatras Eissler (en su obra “El Psiquiatra y el paciente moribundo”), y Elizabeth Kübler-Ross, dieron a la Tanatología otro enfoque.
La finalidad de la Tanatología, dijo, “se orienta al bien morir, a la plena aceptación y total paz, así como a disminuir el sufrimiento físico y psicológico. A través de un profesional capacitado, se ayuda en el proceso de duelo a la persona enferma y a quienes la acompañan”.
“Otra finalidad del tanatólogo es procurar que al paciente y acompañantes, o a quienes sufren una pérdida, se les trate con respeto, cariño, compasión, y que conserven su dignidad hasta el último momento”, afirmó.
Además, agregó, “debe tener la capacidad para ponerse en los zapatos del otro con respeto, confidencialidad, cordialidad; en pocas palabras, con calidad humana, para ofrecer al paciente y familiares el apoyo necesario”.
Para aprender a morir, dijo para finalizar, “es necesario aprender a vivir, que el tanatólogo ayude a enfrentar con responsabilidad y dignidad el hecho de morir para que, en la medida de lo posible, este hecho sea mejor aceptado”.