- Impartió en el INEE la conferencia Apoyando a las escuelas a ofrecer una educación más relevante.
- Los resultados de las evaluaciones son fundamentales en la formación continua de los docentes, dijo.
La evaluación educativa por sí sola no hace milagros y sólo es útil en la medida en que inspira a la acción y al mejoramiento de la realidad escolar, destacó el profesor de educación y director de Educación Global y de Política Internacional de la Universidad de Harvard, Fernando Reimers, al impartir la conferencia magistral Apoyando a las escuelas a ofrecer una educación más relevante, en el auditorio del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
Luego de que el consejero de la Junta de Gobierno de este Instituto, Bernardo Naranjo Piñeira, y el presidente del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL), Sergio Cárdenas, le dieran la bienvenida, subrayó que la evaluación debe ofrecer información confiable sobre la realidad de las escuelas y de cómo se aprende en los distintos contextos sociales. Ésta debe apoyar los procesos de transformación de las instituciones educativas y la información derivada de ella debe beneficiar a los maestros, a las autoridades y a los padres de familia.
Reimers dijo que los resultados de las evaluaciones son fundamentales en la formación continua de los docentes y en el aprendizaje de los alumnos, tareas en las cuales el INEE ha jugado un papel importante.
Manifestó que es bueno diversificar los productos para comunicar a todos los actores educativos, y no sólo a las élites políticas, académicas o intelectuales, los resultados de la evaluación.
El académico de la Universidad de Harvard comentó que la invención de la escuela es una de las más extraordinarias que ha hecho la humanidad, ya que permite empoderar a los individuos pues les da la posibilidad de conocerse a sí mismos y a los demás, desarrollar su talento y potencial y convertirse en autores de su propia vida.
En la tarea de empoderar a los alumnos consideró que los maestros no deben asumir que los estudiantes tienen los mismos intereses, pues cada uno es único. Los docentes deben abrirse al diálogo con los estudiantes y descubrir juntos mejores formas para aprender, finalizó.