Insúa cometió un ilícito por el que debe responder: Rogelio Rueda
Colima, Col., 20 de Junio de 2018.- Ricardo Anaya y Héctor Insúa son iguales: uno está acusado de lavar dinero y el otro de robarse la luz. Eso quiere decir que no les importa violar la ley. Lo que la gente debe responder es si estos son el tipo de presidentes que requirieren los ciudadanos de Colima y México”. Así lo manifestó el dirigente del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Rogelio Rueda Sánchez, al ser cuestionado sobre la acusación de robo de luz que pesa sobre el candidato de la coalición PAN-PRD a la alcaldía de Colima Héctor Insúa.
Al respecto, Rueda Sánchez señaló que las pruebas que presentó un medio de comunicación nacional (El Excélsior) son contundentes. En la nota se señala que del 2012 al 2016 en su domicilio particular Insúa había colocado los famosos “diablitos” para robarse la luz, por lo que debe responder por sus actos.
Rueda Sánchez detalló que en la notificación entregada por la Comisión Federal de Electricidad al alcalde capitalino con licencia, se muestra con claridad que se empezó a robar la luz en 2012, cuando ya era el dueño Héctor Insúa, y la continuó robando por cuatro años más. “Cabe mencionar, detalló Rueda Sánchez que ese robo se suspendió sólo porque lo descubrieron, si no, lo seguiría haciendo”.
Al respecto el presidente del PRI en el estado precisó: “es de destacar que en el documento que le fue entregado por parte de la CFE, se le notifica a Insúa que se detectó una anomalía, pero esa anomalía no es producto de un accidente o de una omisión. El documento, con toda claridad especifica que esa anomalía es producto de un acto ilícito. Es decir, un acto ilegal, por el que Insúa debe responder de sus actos ante la sociedad de Colima”.
Rogelio Rueda también señaló que Insúa comete otra irregularidad al inmiscuir a funcionarios del ayuntamiento en un incidente ocurrido en su casa, pues quien recibió la notificación fue su director de Alumbrado Público Ricardo Villa, quien no tenía por qué atender un asunto de carácter exclusivamente privado.