+La Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios sugiere cinco acciones para mantener en buen estado los alimentos
Mantener la limpieza, separar los alimentos crudos de los cocidos, realizar la cocción completa de los mismos y mantenerlos a temperaturas seguras, así como usar agua y materias primas seguras, son las cinco claves para garantizar que los alimentos que se consumen no causen daños a la salud, informa la Secretaría de Salud y Bienestar Social.
A través de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coespris), la dependencia señala que para mantener la limpieza de los alimentos, la población debe lavarse las manos antes y durante la preparación de éstos, así como después de ir al baño. También lavar y desinfectar las superficies y equipos usados en la elaboración de la comida y protegerla en recipientes cerrados.
Asimismo, separar los alimentos crudos de los cocidos y de los listos para comer; usar equipos y utensilios diferentes para manipular carne, pollo, pescado y otros alimentos crudos, y conservar la comida en recipientes separados para evitar el contacto entre cruda y cocida.
Se recomienda mantener los alimentos a temperaturas seguras; no dejar los cocidos al ambiente por más de dos horas; refrigerar lo más pronto posible los cocinados y los perecederos (preferentemente a 5 grados); no guardar comida durante largo tiempo aunque sea en el refrigerador, ni conservar los alimentos para niños ni descongelarlos a temperatura ambiente.
Finalmente, usar agua purificada y materias primas seguras; seleccionar alimentos sanos y frescos; elegir los ya procesados; lavar y desinfectar las frutas y verduras, especialmente si se comen crudas, y no consumir alimentos después de la fecha de vencimiento.
Respecto al número de registros estatales por enfermedades diarreicas agudas, una de las principales consecuencias por la falta de higiene en alimentos, la Secretaría de Salud indica que en el estado hubo 47 mil 095 casos en 2015, 46 mil 014 en 2016 y 42 mil 721 en 2017.
La Organización Mundial de la Salud estima que cada año enferman en el mundo unos 600 millones de personas –casi 1 de cada 10 habitantes– por ingerir alimentos contaminados, de las cuales 550 millones padecen infecciones diarreicas, y que 420 mil mueren por padecimientos transmitidos por alimentos (230 mil fueron por diarreas).