La antorcha olímpica llegó a Río de Janeiro el miércoles por la mañana bajo un cielo nublado, donde fue recibida por el alcalde Eduardo Paes de manos de los ex veleristas brasileños Torben y Lars Grael, a dos días de la largamente esperada ceremonia apertura de los Juegos Olímpicos.
La llama, protegida dentro de una linterna, cruzó la Bahía de Guanabara entre las ciudades de Niterói y Río en una embarcación tripulada por varios medallistas olímpicos de Brasil en vela, un homenaje a uno de los deportes que le ha dado más medallas olímpicas al país.
Después de aterrizar a la ciudad sede de los Juegos en torno a las 9:15 hora local, el alcalde Paes fue el primer portador de la antorcha a través de las calles de la ciudad. El recorrido incluye un paseo por un recién inaugurado tranvía urbano hasta el sector de Cinelandia, donde laantorchapasará delante del teatro municipal.
Desde el centro de Río, el símbolo olímpico será llevado el miércoles a varias ciudades de la región de Baixada Fluminense, volviendo a los Juegos el jueves para un nuevo relevo de dos días hasta la ceremonia de inauguración en el estadio Maracaná.
Existe preocupación en las autoridades por las posibles protestas contra la antorcha, después de algunos incidentes registrados en otras ciudades del Estado de Río, como Angra dos Reis y Niterói.
Encendida en una ceremonia tradicional en Olimpia, Grecia, la llama llegó a Brasil el 3 de mayo, más específicamente a Brasilia, y desde entonces ha recorrido más de 300 ciudades de todos los estados del país hasta llegar el miércoles a Río de Janeiro.
El nombre del último portador de la antorcha que encenderá la caldera se mantiene en secreto, pero el ex astro del fútbol Pelé reveló el martes que la organización le consultó sobre su disponibilidad para ser protagonista de la ceremonia.
La semana pasada, fuentes dijeron a Reuters que, además de Pelé, Torben Grael y el ex tenista Gustavo Kuerten eran candidatos para encender el pebetero olímpico durante la ceremonia de apertura.