Los presidentes de Corea del Sur, Moon Jae–in, y su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, acordaron este jueves retrasar las maniobras militares anuales que realizan ambos países hasta después de los Juegos Olímpicos de PyeongChang, en un momento marcado por el acercamiento de Seúl a su vecino Corea del Norte.
La decisión se produce después de que el propio líder norcoreano, Kim Jong-un, expresara en su mensaje de Año Nuevo su deseo de que el país participe en los JJOO de Invierno que se celebran en el condado surcoreano de PyeongChang entre el 9 y el 25 de febrero, fecha en torno a la cual Seúl y Washington suelen iniciar sus ejercicios.
“Creo que ayudaría enormemente a asegurar el éxito de los JJOO de Invierno de PyeonChang el que usted mostrara su intención de retrasar los ejercicios durante el evento”, le ha comentado Moon a Trump según la transcripción de la conversación.
Trump se mostró de acuerdo en aplazar las maniobras y le dijo a Moon que puede comunicarle a Pyongyang que no habrá juegos de guerra durante la cita.
Seúl ya pidió a finales de año a Washington que considerase el aplazamiento de los ejercicios para evitar que el régimen norcoreano, que suele considerar estas maniobras como un ensayo para invadir su territorio, responda realizando una nueva prueba armamentística.
Seúl ha respondido a los gestos de Pyongyang, con quien técnicamente se mantiene en guerra desde hace más de 65 años, proponiendo conversaciones de alto nivel el 9 de enero para tratar la posible participación olímpica del Norte, aunque el régimen norcoreano aún no se ha pronunciado a este respecto.
El acercamiento entre ambas partes puede contribuir a aliviar la tensión tras las continuas pruebas armamentísticas de Pyongyang y las beligerantes respuestas de Donald Trump que marcaron 2017.