Claridad, rigor y honestidad, esenciales en la Divulgación científica: H. de la Cueva

 

 

*“Es la ciudadanía la que paga, con impuestos, la mayoría de la investigación científica y rendirle cuentas de forma inteligible es un deber”, añadió el investigador.

 

“Todos somos expertos en algo, pero difundir ese conocimiento para aumentar el nivel de vida y cultura de los mexicanos, es la idea de la divulgación científica. Además, como investigadores que queremos transmitir lo encontrado y contribuir a que los lectores aprendan algo nuevo, debemos considerar o suponer qué saben y qué no saben aquellos a quienes nos dirigimos, si son niños de primaria, adolescentes o legisladores y definir los términos sin perder veracidad de manera ilustrativa”.

 

Así lo hizo ver Horacio de la Cueva Salcedo, del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE), durante el Taller de Divulgación Científica que impartió en el marco de la VI Reunión Internacional de Investigadores del Archipiélago de Revillagigedo realizada en la Universidad de Colima.

 

Al taller asistieron egresados y estudiantes de la licenciatura en Ciencia Ambiental y Gestión de Riesgos de la UdeC, así como profesionales vinculados con el medio ambiente, quienes trabajaron en la elaboración de un artículo de divulgación de 4 mil 500 caracteres.

 

Horacio de la Cueva, además de ser experto en biodiversidad y dinámica de poblaciones de flora y fauna es divulgador de temas científicos. Edita el suplemento digital de La Jornada Ecológica, la columna “Musa Verde” en La Jornada de Baja California y participa en Vaivén, un programa del CICESE donde los científicos acuden a comunidades rurales.

 

Explicó que la comunicación pública de la ciencia no es nueva, porque en la antigüedad las sociedades científicas decimonónicas tenían reuniones anuales abiertas al público. En la actualidad, dijo, “es la ciudadanía la que paga, con impuestos, la mayoría de la investigación científica y rendirle cuentas de forma inteligible es un deber”.

 

Durante el taller explicó que los textos deben tener sintaxis, síntesis, ortografía, honestidad, verosimilitud, uso y definición de términos técnicos. Habló también de la utilidad y del abuso en el uso de figuras y tablas.

 

Horacio de la Cueva adelantó que los trabajos elaborados en el taller se incorporarán a un blog de difusión del conocimiento científico y se podrían publicar en la Universidad de Colima.

 

Transmitió lo que a él le funciona, como leer cada párrafo en voz alta, identificar el lenguaje apropiado, buscar símiles útiles, dar la explicación con ejemplos y contraejemplos y ofrecer conclusiones con frase a recordar.

 

A quienes escriben para divulgar la ciencia les recomendó planear su escrito con ideas principales y secundarias, elaborar un mapa conceptual, cuidarse de los correctores automáticos, usar diccionarios para la ortografía, tener un borrador, leerlo en voz alta, corregirlo, volverlo a leer y que lo revisen dos compañeros de la misma formación.