La idea, dijo, es cambiar de paradigma; esto es, “transitar de la evaluación centrada en los conocimientos adquiridos al impulso a la evaluación centrada en los aprendizajes logrados”.
En una conferencia que se extendió por casi una hora y que los casi mil asistentes al teatro Universitario siguieron con atención de principio a fin, Rodolfo Tuirán Gutiérrez, subsecretario de Educación Media Superior de la SEP ofreció un repaso de las tres reformas a la educación media superior hechas en México durante los últimos años y cómo se busca con ellas, entre otras muchas cosas, formar a los jóvenes con una visión crítica, incluyente, ciudadana, y darles herramientas para que puedan enfrentar mejor la vida.
Llamó a su conferencia “Enseñanza innovadora y transversalidad curricular”, que es también el tema del XVIII Coloquio Nacional de Formación Docente de Educación Media Superior que se realiza en la Universidad de Colima este jueves y viernes, y al que asisten más de mil docentes de casi treinta instituciones de educación superior del país.
En el nuevo perfil de un egresado de bachillerato, dijo, se busca que el joven sepa expresarse con claridad, que domine o disfrute el lenguaje matemático, que explore y que comprenda el mundo natural y social, que sepa analizar y solucionar problemas, que tenga habilidades socioemocionales y un proyecto de vida y que sepa trabajar en equipo.
Además, debe ser un buen ciudadano; esto es, saber convivir en sociedad, además de saber valorar el arte y las expresiones artísticas, respetar la naturaleza, cuidar su salud y desarrollar habilidades digitales para aprovechar mejor las nuevas tecnologías.
Para lograr esto, comentó, siempre serán necesarios los maestros, los docentes que sepan guiar a los jóvenes y ayudarlos a desarrollarse mejor como personas. La idea, dijo, es cambiar de paradigma; esto es, “transitar de la evaluación centrada en los conocimientos adquiridos al impulso a la evaluación centrada en los aprendizajes logrados”.
Esto se podrá lograr, además, colocando a la escuela al centro de la sociedad, lo que implicaría, entre otras cosas, vincularla con los sectores sociales y productivos, incorporar las llamadas TIC al proceso de enseñanza-aprendizaje, mejorar la infraestructura y equipos de los planteles, crear ambientes adecuados y pertinentes para el aprendizaje, uso óptimo del tiempo escolar, el fortalecimiento de los directores de las escuelas y de la autonomía de gestión, así como la participación informada de los padres de familia en el acompañamiento a la trayectoria educativa de los estudiantes.
A los maestros, dijo Tuirán Gutiérrez, debe apoyárseles en la formación continua, incluyendo aquí los conocimientos de su disciplina y las competencias docentes; además, deben ingresar al servicio profesional docente según sus méritos y ser evaluados de manera periódica.
Comentó que “la educación media superior esta sobrecargada de contenidos y de información que no distingue los aprendizajes clave de los que no lo son, que también tiene problemas de secuencia en los contenidos y éstos no estimulan ni enganchan a los jóvenes”. Que más que amplitud, lo que se buscará ahora es profundidad.
Esto es, los contenidos deben ser más relevantes, enfocados en el aprendizaje clave, con menos extensión, más profundidad y una nueva pedagogía, y precisó que la currícula del nivel medio superior, amplia y sin secuencia, según su punto de vista, “debe ser menos extensa, menos superficial y más profunda para hacerla transversal con otras materias”.
En un ejercicio durante la conferencia, los asistentes coincidieron con el expositor en que los contenidos del bachillerato y la forma de enseñarlos no contribuyen a desarrollar la renovación, flexibilidad, adaptabilidad, el pensamiento crítico y la solución de problemas que el siglo XXI requiere de los jóvenes.
Asimismo, Rodolfo Tuirán describió las necesidades socioemocionales que deben desarrollarse en estos estudiantes: el desarrollo del autoconocimiento, autorregulación, conciencia social, colaboración y toma de decisiones, y perseverancia. De igual modo, dijo que se deben incorporar acciones de prácticas de equidad e inclusión en el nuevo modelo educativo.
Por último, el conferencista insistio en la necesidad de fortalecer los principios de equidad e inclusión como componentes transversales del sistema educativo, que implicaría, entre otras cosas, favorecer la igualdad entre mujeres y hombres y atender la diversidad étnica, lingüística y cultural, así como intensificar la movilidad educativa intergenercional.