¡Llegué a los 50´s! : Metamorfosis, por el M. en P. Guillermo Bueno

Esa mañana, al despertar, parecía ser como cualquier otra. Entre las cobijas mi cuerpo se mantenía cálido, a un lado mi mujer me daba los buenos días. Mis ojos se mantenían entreabiertos, pero mi sexto sentido estaba al alba. Había algo inusual en mi experiencia de vida.

Algunos meses atrás, justo el año pasado, cumplí 50 años. Ahora antes de salir de la cama, mis pensamientos fueron diferentes en amistad con mi cuerpo. Un cansancio acentuado, como si una locomotora mi hubiese arrollado y, sin ninguna actividad previa fuera de lo habitual.

¿Qué he hecho de mi vida? Me preguntaba hacia adentro. Y venían a mi mente un sin número de recuerdos de familia, de mis hijos, de su crecimiento, de mi trayectoria profesional, empresarial, del trabajo con la comunidad, de los diferentes emprendimientos. Una ráfaga de imágenes pasaba en mi ser y con ellas sus respectivas sensaciones que volvían el momento más pesado y peculiar que cualquier otro que haya tenido de reflexión. Fue el inicio de un periodo de evaluación de los vivido, no porque estuviese ajeno a la introspección diaria de mis actos. Esto se trataba de otra cosa. Por su intensidad, por su manifestación y sus implicaciones, ya me avisaba que no era asunto para obviar.

Logré salir de la cama mostrando estragos evidentes de que algo estaba funcionando de manera diferente en mi cuerpo, en mi mente, en mis emociones, en mi manera de procesar los pensamientos, la información, en mi manera de encarar el mundo. Los días siguientes dieron cuenta de que efectivamente todo estaba cambiando radicalmente en mi cuerpo, en mi interior, en mi mundo. Y lo más extraño es que no lo tenía planeado, llegó sin pedir permiso y sin avisar.

Eso de que llegó sin avisar, entiendo que es cuestionable. Hace 25 años atrás parecía inalcanzable esta temporada de la vida. Poco o nada se mencionaba y, menos entre los hombres cercanos o los de la familia que ya casi eran cincuentones. Quizá había escuchado algo que las mujeres enfrentaban llamada menopausia, asociada a cambios hormonales con la llegada del declive de su capacidad reproductiva. Pero qué lejano estaba de que a los hombres les ocurría algo paralelo, poco creíble porque los hombres aún a los 50´s, o 60´s somos muy productivos en cuanto a hacer bebés. Eso es evidente en nuestro México no tan antiguo.

De cualquier manera, sabía que llegaría el momento de los 50, pero no todas sus implicaciones; la urgencia de que el cuerpo no solo debería estar libre de enfermedades, sino que ahora con tanta información al alcance, debería estar activo con al menos alguna disciplina deportiva y qué mejor que llevara el incremento de la masa muscular, por mencionar algunas de esas implicaciones.

Esto en su justa dimensión no se enseña en la escuela, ni en otros lugares. Ah, pero menos se habla de los hombres, la parte más demandada, más criticada, pero menos atendida o visibilizada. Lo cual parece contradictorio ante la actual narrativa pública de la supremacía del hombre versus la mujer. El sistema opresor machista y patriarcal que tanto se alude. Y, sin embargo, percibo que el hombre ha sido también el ser humano olvidado, al menos desde esta óptica.

¡Carajo! También se requiere brindar orientación, información sobre los cambios que vivimos los hombres al llegar a esta edad, tanto biológicos como psico emocionales o psicosociales. Un acompañamiento para pasar la crisis de identidad y valoración sobre lo vivido. Parece sencillo, pero no lo es. Es más complejo de lo que parece, porque se percibe que la vida se fue entre los dedos de las manos, y la energía baja, y hay más desaciertos que aciertos. Entiendo, que de todo hay en la viña del Señor. Pero sí es de atenderse esto.

Para darnos una idea, según “…La ENASEM 2021 estimó una población de 53 años y más, de 25.9 millones de personas: 45.6 % correspondió a hombres y 54.4 %, a mujeres.” La encuesta nacional de salud y envejecimiento en México 2021 muestra que en México en el rango de edad de 53 y más, mujeres hay 14.1 millones y hombres 11.8 millones, 2.3 millones más mujeres que hombres. Hay leyes que las protegen de manera específica, y bien justificado, por el abuso de muchos violentos y del sistema existente, hay institutos municipales, estatales de la mujer, y hasta recientemente creada la secretaria de la mujer a nivel federal. Y no es que reclame la falta de los mismos mecanismos hacia los hombres. Lo que digo es que también sufrimos cambios, necesidades y poco o nada se habla y se atiende.

Está claro que los 50´s no son el fin, aunque parecieran por momentos. Hay que asimilarlos y atendernos en esta nueva temporada de la vida, no obviar los cambios, y las necesidades. No somos necesariamente los más fuertes, los que no necesitamos ser escuchados, los fríos, los lejanos, los tiranos. No importa lo que digan los estereotipos machistas. Se vale y está bien voltear a vernos y vernos vulnerables, pero, sobre todo, en esta época, amarnos en la justa medida. Quitar la medida cruel con la muchos nos vemos, bueno, lo digo, por lo que se expresa en el discurso público. No midamos con esa medida tan deshumana, por una sencilla razón, también somos humanos.