El camino al despertar del gran sueño del ser humano encierra diferentes caminos.
Y quienes buscamos despertar en el reino de la ayahuasca, se nos despliegan dimensiones hermosas y mundos dimensionales que nos invitan a explorar la profundidad de nuestra alma.
Nos conecta con el saber de la frecuencia dimensional de los colores para desde ahí abrir la puerta al entendimiento fino y sutil que entregan los colores vibrantes de la medicina.
Esta planta sagrada, considerada una medicina ancestral, nos ofrece una puerta de acceso a altas energías sanadoras que nos permiten conectar con nuestra esencia más pura.
Al ingerir la ayahuasca, nos sumergimos en un viaje de auto-descubrimiento y sanación, donde los colores vibrantes y las texturas luminosas nos envuelven en un abrazo de amor y compasión. Cada color que percibimos tiene un efecto sanador específico en nuestras emociones, liberándonos de las cargas y los patrones que nos han mantenido atrapados durante tanto tiempo.
El rojo nos conecta con la pasión y la energía vital, sanando nuestras heridas emocionales y restaurando nuestra fuerza interior. El naranja nos inspira a crear y a expresarnos, liberándonos de la inhibición y la autocrítica. El amarillo nos ilumina con la luz de la sabiduría, ayudándonos a comprender y a integrar nuestras experiencias. El verde nos conecta con la naturaleza y la armonía, sanando nuestras heridas y restaurando nuestro equilibrio interior. El azul nos envuelve en un abrazo de tranquilidad y paz, calmando nuestras mentes y nuestros corazones. El violeta nos conecta con la espiritualidad y la conexión con lo divino, amplificando nuestra consciencia y nuestra comprensión de la realidad.
A medida que viajamos a través de estas dimensiones hermosas, la ayahuasca nos enseña sobre el amor y la compasión, recordándonos que somos seres de luz y amor, conectados con todo lo que existe. Nos muestra que el amor es la respuesta a todas nuestras preguntas, y que la sanación y la transformación son posibles cuando nos abrimos a recibir y a dar amor.
La ayahuasca es una maestra sabia y amorosa, que nos guía en nuestro viaje de auto-descubrimiento y sanación. Nos enseña a amarnos a nosotros mismos y a los demás, a perdonar y a liberar, a crear y a expresarnos. Nos recuerda que somos seres poderosos y capaces, con la capacidad de crear y de manifestar nuestra realidad.
Esta gran maestra, la ayahuasca es una herramienta poderosa para la sanación y la transformación, que nos ofrece una puerta de acceso a dimensiones hermosas y mundos dimensionales. Nos enseña sobre el amor y la compasión, y nos recuerda que somos seres de luz y amor, conectados con todo lo que existe.
Con cariño Paty Mendoza
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