“La prisión de Kangwayi de Beni fue atacada por atacantes no identificados. En los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los atacantes, (…) hubo 11 muertos, de los cuales 8 miembros de las fuerzas de seguridad”, declaró a la prensa el gobernador de la provincia de Kivu del Norte, Julien Paluku, añadiendo que de 966 prisioneros “sólo quedan 30” dentro.
Un toque de queda fue decretado en la ciudad al caer la noche. “Unicamente los militares y policías pueden circular”.
La prisión albergaba decenas de sospechosos de pertenecer a las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), una rebelión musulmana de origen ugandés y a la que se atribuyen cientos de muertos en masacres perpetradas desde 2014 en la provincia.
El 17 de mayo fue atacada la prisión de Makala en Kinshasa, donde hubo una fuga masiva.
Y dos días después, el 19 de mayo, otras varias decenas de reclusos fugaron de una cárcel ubicada 40 km al sudoeste de la capital.