Fernando Moreno Peña, ex gobernador del estado de Colima, afirmó que lo sucedido con el asesinato de los sacerdotes jesuitas tendrá una gran implicación en el país, es un punto de inflexión, que tendrá consecuencias electorales.
Precisó que lo que pasó en Chihuahua, señaló, es muy lamentable y eso va a tener un peso muy fuerte, porque uno de los problemas más graves a los que se enfrenta el país, no de hoy, sino de hace tiempo y hoy más acentuado, porque con Calderón en todo su sexenio fueron 76 mil homicidios, con Peña Nieto fueron 121 mil los seis años y en este gobierno en tres años y medio van 124 mil, y el pronóstico de mantenerse como está cómo diría el presidente estable, vamos a llegar a 200 mil, la verdad es muy alto, el homicidio se ha disparado muy duro de México, en lo que va del siglo del 2000 a la fecha van 464 mil homicidios.
Y ahora, dio a conocer el propio gobierno que hay más de 100 mil desaparecidos, con esto llegas al medio millón y si le agregas el medio millón de la pandemia, tienes 1 millón, que no es cualquier número, es mucho.
Esto de Chihuahua es un punto de inflexión, primero porque el discurso tradicional de las autoridades, es que la persona que fallece en un homicidio es que ‘andabas en eso o que estabas en el lugar equivocado’, aquí los jesuitas ni estaban metidos en eso, ni estaban el lugar equivocado, los jesuitas estaban cumpliendo su labor pastoral, estaban en la iglesia, no estaban en la cantina, ni en la calle, no estaban retando a nadie, ni provocando a nadie, estaban en la casa de Dios, por eso ha tenido tanto peso, este tema, porque el discurso oficial no tiene ninguna razón para desviar la atención del tema.
El presidente terminó diciendo durante dos veces, que la zona es donde el crimen organizado tiene pleno dominio de la seguridad, entonces te remotas a unos días antes cuando el Departamento de Estado de Estados Unidos quien dijo que entre el 30 y 35 por ciento del territorio mexicano está dominado, no por el gobierno, entonces te lo ratifican.
Se debe recordar que también ahí en Chihuahua, en una zona limítrofe con Sonora, fue la masacre de la familia Le Barón, los que tampoco estaban en un lugar equivocado, porque eran niños, fueron once los asesinados, “no es el número de los fallecidos, que en esta ocasión fueron tres, lo que da una gran dimensión a esta tragedia, es quiénes eran, qué estaban haciendo, el argumento oficial de siempre, se cae, la gobernadora dijo es un hecho circunstancial, y no, no lo es, entonces el discurso oficial no fue el correcto, ahora dicen que el presunto responsable tiene ordenes de aprehensión desde 2018, entonces ¿porqué no había sido detenido?.
La reacción de la iglesia es una reacción fuerte, que no se había visto en ningún gobierno, en este siglo, si durante la Guerra Cristera y otras circunstancias.
Pero, en estas circunstancias el Papa Francisco, en su mensaje público dijo: “porque tantos asesinatos en México, no únicamente lamentó la muerte de sus hermanos, porque él es jesuita.
El que sean jesuitas, es otro tema, porque son de la misma orden que el Papa, es una orden que tiene más de 200 años en Chihuahua y hacen una labor pastoral increíble, donde viven ahí toda su vida, se entregan, aprenden la lengua, aprenden las costumbres de los tarahumaras y se entregan a su misión pastoral.
La reacción del Episcopado Mexicano, es muy fuerte, la reacción de los rectores de las universidades jesuitas que tienen nueve campus en todo el país, también fue muy fuerte y dijeron “vivimos en un estado fallido”.
Y todos los obispos unidos firmaron un documento donde le piden al gobierno revisar su política en materia de seguridad, el presidente ya dio respuesta y dijo “no, porque vamos bien y vamos a seguir con esta estrategia de seguridad, que es combatir las causas de la delincuencia, hay que meter programas sociales para darle dinero a los jóvenes y otras personas para que no sean cooptadas por grupos delincuenciales”.
Mucha gente, refirió, miles de personas no están de acuerdo con esta estrategia, pero hay que ver el fondo de la estrategia, al presidente el fondo de la estrategia si le está funcionando, porque le permitió incorporar e incrementar los programas sociales y repartir dinero de manera “clientelar” para tener el pretexto de que se está repartiendo dinero para que no haya delincuencia, sobre todo en los sectores juveniles, en donde la mayoría de los 124 mil asesinados son entre los 20 y 30 años, no son de la tercera edad, o gente muy grande, son jóvenes, en edad productiva y eso es peor para un país, en donde están falleciendo estos jóvenes, en un país que no tiene una guerra declarada.
Al presidente le ha funcionado, reiteró, estar repartiendo programas sociales, y que bueno que están esos programas, que bueno que reparta el dinero, pero eso es una política pública, social, que está bien, pero no puede ser una política criminal, no puede ser una política para combatir la delincuencia, es en todo caso una política para atenuar la pobreza, para que la gente tenga un ingreso, pero, no es para que la delincuencia se detenga.
Tiene que haber una política para el combate a la delincuencia y una política de programas sociales para apoyar en el ingreso a las personas, incluso, rescatar a los jóvenes.
Entonces, esta estrategia no está dando los resultados, porque si el propósito es combatir las causas, porqué hay más muertos que antes, estás dando más dinero, es de que ya hubiera frutos, pero el presidente dice que lleva tiempo, así que “sigamos contando”.
Ahora, el tema que los obispos, cardenales, arzobispos están planteando es que haya una mesa de diálogo, donde el presidente los escuche, porque consideran que solo se escucha al mandatario federal, “queremos que haya libertad de prensa, no solo para el presidente, sino que nos escuche a todos”.
Por eso, consideró, será un tema muy serio y delicado, “pues no es una reacción poderada, es una reacción fuerte, es una realidad, el Papa lo dice y todas las reacciones de la iglesia fueron después del Papa, porque acusar en la ‘mañanera’ de ruines a quienes critican el tema, pues le está dando al Papa también y eso es muy riesgoso porque no la va a ganar el presidente, podrá ganarles a los partidos políticos de oposición, pero no al Papa ni a la Iglesia en su conjunto.
“Esto, porque la iglesia al final no son los curas, son todas las personas que conforman parte de una iglesia, la iglesia es un colectivo, no son los curas, ni los templos, es toda una comunidad, en este caso católica”, precisó.
Yo espero que el presidente se reúna con la Iglesia con sus dirigentes, a él le conviene, pues los sacerdotes están en todo el país, están en los pueblos más apartados, no es que el caso de que los obispos se involucren en la política, sino que ellos están pidiendo garantías, ellos están pidiendo que la estrategia se cambie.
Además se debe recordar que el líder del Senado, Ricardo Monreal, que es de Morena, acaba de expresar que es tiempo de revisar la política de seguridad, y aunque lo busquen minimizar, ahorita es el líder, está hablando en nombre de los senadores de Morena, y está diciendo lo mismo que la Iglesia, lo que dice la gente, aunque lo que “grita la gente, el gobierno dicen que son manipulados, que son traidores a la patria, que son neoliberales, o que son fifis”.
Pero si no le hace caso a la gente, esperemos que a la Iglesia si, porque esto va a tener una incidencia electoral. “Él (el presidente) es un experto en materia electoral, pero sigue insistiendo en que no, y esto lo tendrá que valorar”.