La cascada de La Sidra

Nuestros amigos de Historia Salvaje y Coquimatlán organizaron una caminata de senderismo, a la que fuimos cordialmente invitados, también, nos acompañaron maestros. Esta caminata fue en la comunidad de La Sidra, la última comunidad del Este de Coquimatlán, pasando por la Esperanza, Pueblo Juárez, Agua Zarca, el Algodonal y finalmente La Sidra. Un camino con muy buena carretera, de 28.2 km partiendo desde el jardín principal de municipio.
Al llegar a la comunidad, partimos con Omar Covarrubias Rodríguez de Crónicas de Coquimatlán, quien fue nuestro guía a lo largo del recorrido, el camino no es peligroso, pero es largo, por lo que si no lo conoces puedes desorientarte un poco. A los cinco minutos llegamos al río de aguas cristalinas, donde fácilmente se puede hacer una carnita asada o una reunión en compañía de la familia, sin embargo, nuestro destino era la cascada, no cualquier cascada, porque el camino está lleno de ellas, si no la cascada conocida como La Verdura.
El sendero está pegado al río, por lo mismo, tienes que cruzar por muchos riachuelos, así que es mejor que estés preparado para mojarte los pies, sin embargo, puedes brincar entre las piedras, pero no te lo recomendamos, porque puede ser peligroso, te lo decimos por experiencia. La mayor parte del camino es bajo la sombra de los árboles, casi nada de subida y muy fresco por la cercanía del río, pero no se te olvide llevar agua y alguna gorra o sombrero.
A lo largo del camino encontraras un estanque lo suficientemente profundo para darse un clavado, un sinfín de pequeñas cascadas, un curioso letrero que con la imagen de un tigre dice prohibido la caza, la flora y fauna del lugar.
Después de caminar aproximadamente una hora, escucharas el increíble sonido característico que hace el líquido vital al caer desde una gran altura con fuerza, una cascada de 15 metros. Tenemos que decir que son 2 partes, una tan impresionante como la otra, no obstante, nuestro instinto de aventura nos llevó a subir por la última parte del camino y la más riesgosa, que sin la ayuda de Omar y a Protección Civil que colocaron una soga, tal vez no lo hubiésemos logrado. Unos últimos brincos y teníamos enfrente a la majestuosa obra de la naturaleza de 30 metros; si algún día vas. los invitamos a que se zambullan en sus heladas aguas, que después de caminar tanto, sería un desperdicio no hacerlo, no se preocupen, de regreso ya estarán secos.