*“Innegablemente vivimos nuevas realidades; la pandemia ha sido y es una de ellas. Los discursos cambian y las formas en que se manifiestan también”: Christian Torres Ortiz.
Este lunes, con la asistencia virtual de más de 300 socios e investigadores, en 87 mesas de trabajo, inició el XIV Congreso Internacional de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso (ALED), en el que participa también la Universidad de Colima. El evento, que concluirá el próximo viernes 29, tiene como fin promover la discusión, desde el análisis del discurso, en temas como la pandemia, género, medioambiente, nuevas tecnologías, pobreza y desigualdad.
Los organizadores del congreso son el Colegio de Letras Hispánicas de la UNAM, la Facultad de Filosofía y Letras, la Facultad de Lenguas y el Cuerpo Académico “Discursos en Interacción” del instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey, la Universidad Pontificia Bolivariana, la Universidad Madero y el Cuerpo Académico 67 de la Universidad de Colima.
Al dar la bienvenida, la Dra. María Laura Pardo, presidenta de la ALED agradeció a todos los socios y socias, “pues a pesar de estos tiempos difíciles por los que atravesamos, estamos aquí trabajando y apostando por una ciencia más humana y atenta a los desafíos que nos impone este momento, demostrando que la unión, la cooperación y el amor por el conocimiento nos da una esperanza y una ilusión acerca del futuro de nuestras sociedades”.
Al hacer uso de la voz, el Dr. Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, rector de la UdeC, destacó que “innegablemente vivimos nuevas realidades; la pandemia ha sido y es una de ellas. Los discursos cambian y las formas en que se manifiestan también”. Los cambios ocurridos en el mundo, agregó, “nos obligan a evolucionar, pero también a repensar las maneras y alternativas que tenemos como agentes de cambio y pertinencia social, algo a lo que el discurso no puede escapar”.
“Para la Universidad y nuestra comunidad académica -dijo- compartir las nuevas virtualidades y sus discursos en eventos como el que hoy nos reúne, constituye un ejercicio producto de voluntades y suma de esfuerzos individuales, colectivos e institucionales”.
La ALED, compartió el rector, “es un ejemplo más de la capacidad y adaptabilidad que tenemos quienes coadyuvamos y participamos, responsable y solidariamente, de la vida académica en nuestro país y también de otras geografías”.
Por lo que, destacó por último, la importancia de este evento, “donde se pondrán a discusión ideas en torno a discursos y discursos en torno a ideas, no sólo relacionadas con los tiempos de pandemia, sino muchas, de muy diversa índole y de las que seguro estoy se abordarán aspectos clave tocantes a los discursos y sus emergencias de cara a futuros retos y escenarios compartidos, particularmente para las Américas”.
La Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso se conformó en la ciudad de Caracas, Venezuela, en febrero de 1995. Uno de sus cofundadores y miembro honorario, Patrick Teun van Dijk, dijo que “hace 26 años, cuando realizamos el primer congreso, no podíamos haber imaginado que ALED sería una asociación tan grande y exitosa, una asociación enorme y multinacional que se preocupa por temas actuales que se viven en América latina, por lo que deseo a todos que éste sea un congreso fructífero”.
Por último, el encargado de inaugurar el evento, el Dr. Giuseppe Lo Brutto, director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), informó que este encuentro tiene más de 300 participantes.
Tras la inauguración, la Dra. Teresa Oteíza profesora, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dictó la conferencia “Haciendo real, humano y presente el pasado: discursos de afiliación axiológica y experiencial de jóvenes y de profesores de historia en torno a la historización de la memoria en chile”, en la que habló sobre los desafíos que enfrenta la enseñanza de la historia chilena reciente, a partir del golpe de estado al gobierno de Salvador Allende por parte de la facción militar encabezada por Augusto Pinochet y que instituyó un orden dictatorial y de violación sistematizada de los Derechos Humanos en Chile.
Conocer la historia, comentó, “implica de manera fundamental que los estudiantes desarrollen habilidades para entender cómo se construye una explicación del pasado en el que participan actores, eventos y procesos en cadenas de causalidad más o menos complejos y en las que dialogan imágenes y palabras en una relación de intertextualidad”.
Por su parte, continuó la ponente, “la enseñanza de la historia de un país es clave para la formación de nuevas generaciones de ciudadanos responsables y comprometidos con su realidad social, para la construcción de una nueva cultura política en pro de los derechos humanos”.
Para ello, señaló, los profesores de historia “deben estar alineados con la necesidad de una historización de la memoria y una comprensión más amplia de los derechos humanos en nuestras sociedades”.
Por último, resaltó que la educación histórica en los colegios “tiene un rol fundamental para darle una explicación histórica a los silencios, a los miedos y a las tensiones de los espacios familiares y comunitarios que conectan a los estudiantes desde alineaciones axiológicas y experienciales, lo que implica que no sólo estén interesados en aprender sobre los eventos del pasado y en adquirir conocimiento histórico, sino que deseen entender los significados sociales de la dictadura (o cualquier evento histórico) y sus repercusiones en la vida social y política presente”.