El tradicional fuego regresó al Estadio Olímpico de Tokio, para encender el pebetero de la edición XVI de los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, los cuales se desarrollarán hasta el 5 de septiembre; ente bailes, luces y fuegos artificiales, este martes se llevó a cabo la ceremonia de inauguración, que marca el arranque de la justa veraniega, decimotercera en la historia para México, que suma 289 medallas, de las cuales 97 son de oro; al evento se han dado cita 4 mil 403 atletas, de 163 delegaciones y competirán en 22 deportes.
La ceremonia de apertura, que tuvo por lema “Tenemos Alas”, destacó el poder del deporte y un sentido de esperanza para el futuro, en una edición que será diferente a otras, porque tuvo que superar el obstáculo de la pandemia del covid-19, para poder llevarse a cabo.
México se hizo presente en la fiesta deportiva con la selección que encabezaron sus abanderados: Amalia Pérez Vázquez, triple campeona paralímpica de para powerlifting y Diego López Díaz, campeón mundial de para natación.
La delegación mexicana que asiste a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, está integrada por 60 atletas, 29 mujeres y 31 hombres, quienes buscan el podio en 11 disciplinas, con la meta de llegar la cifra histórica de 300 medallas y también conquistar la presea de oro número 100 para nuestro país, en lo que va de la justa.
Seiko Hashimoto, presidenta del comité organizador de Tokio 2020, agradeció la voluntad de todos los participantes para hacer posible esta edición de Juegos Paralímpicos. Por su parte, Andrew Parsons, presidente del Comité Paralímpico Internacional (IPC) destacó la decisión y fuerza de los atletas para seguir adelante con su preparación, a pesar de las dificultades.
El emperador de Japón, Naruhito, fue el encargado de realizar la declaratoria oficial de inauguración para los XVI Juegos Paralímpicos, con los que la capital de Japón hizo historia, al ser la primera ciudad del mundo en organizar unos Juegos Paralímpicos por segunda ocasión, tras ser sede en 1964.
En esta ocasión la ciudad sede mostró aspectos de su cultura tradicional fusionados con sus grandes avances tecnológicos en un colorido espectáculo, ambientado con una ecléctica combinación musical.
Tras el encendido del pebetero paralímpico, cuyo fuego recorrió previamente más de 880 municipios, en las 47 prefecturas de Japón, la ceremonia concluyó entre una fiesta de luces multicolores y fuegos pirotécnicos.