El periodista Carlos Loret de Mola escribió sobre las elecciones del 6 de junio y afirmó que en el gobierno y en Morena hay todo menos ambiente festivo: “López Obrador se ve enojado, Mario Delgado acusa de traiciones dentro de Morena. Ricardo Monreal dice que él no es el traidor. Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard se dan con todo por debajo del agua. El presidente los ve lastimados y dice que hay otros presidenciables: Tatiana, Juan Ramón, Moctezuma. No incluye a Monreal. Monreal dice que él no se descarta, pero que se están suicidando políticamente los que andan en la carrera presidencial. López Obrador ataca a los que no votaron por él. Delgado endosa a Sheinbaum la factura de la derrota en la Ciudad de México y zona metropolitana”.
“No recuerdo un equipo que, al terminar el partido en el que se corona campeón, los jugadores se retiran al vestidor para pelearse a golpes, y luego salen a su conferencia de prensa para atacarse y escupirse entre ellos”.
La imagen que dan desde el poder es la de que en realidad fueron derrotados, ganaron 11 gubernaturas y la mayoría simple en la Cámara de diputados, en medio de una desastrosa gestión que no tiene nada que presumir en economía, seguridad, salud, corrupción, combate a la pobreza. Era para que hubieran perdido todo, y ganaron mucho, pero no parecen convencidos. Salen a decir con mala gana que les fue muy bien, que están felices, que arrasaron, pero organizan la peor fiesta del mundo.
Regaño a los superdelegados
El enojo postelectoral del presidente se expresó el lunes 14 en Palacio Nacional, en una reunión a puerta cerrada con los superdelegados estatales.
El mensaje fue claro, y con un tono más que enérgico: AMLO los acusó de soberbios, envanecidos, ambiciosos, vulgares, individualistas, buscando sólo su propio beneficio personal, peleando cotos de poder como si hubiera muchos proyectos: “Que les quede claro -espetó el presidente- proyecto sólo hay uno”. Claro, el de la 4T.
Destacan tres hechos:
1.- , al referirse a la derrota en la Ciudad de México, el presidente dijo “Claudia se equivocó, no debió hacer caso a sus expertos y cerrar la ciudad en la pandemia; se distanció de las bases, dividió, no buscó la unidad, debió impulsar más programas sociales”.
La cabeza que cayó por las derrotas de Morena, la de Gabriel García Hernández, el jefe de los “súper delegados”, el coordinador de los “servidores de la nación” de los correcaminos; el encargado de la operación electoral y de ampliar el voto duro de Morena.
El Coordinador general de Programas para el Desarrollo, tenía bajo su mando a los 32 superdelegados que la administración federal envió a cada uno de los estados, además de 260 delegados regionales.
Era jefe de los 25 mil servidores de la nación, encargados de inscribir a quienes lo requieren a los programas sociales.
2.- AMLO habló sobre la derrota de Morena en la Ciudad de México. Mencionó entonces que había faltado trabajo en tierra y que los programas sociales no se comunicaron lo suficiente entre la población para ser valorados.
Los programas sociales no se comunicaron como debía (no fueron lo suficientemente “cacareados” y vinculados con el proyecto de López Obrador) por los miembros de Morena y particularmente por los delegados de Bienestar.
Los programas tuvieron fallas importantes en su funcionamiento; desde la elaboración del censo que nunca se terminó ni se entendió cómo ni bajo qué reglas se hizo, hasta la dispersión y la entrega del dinero de los distintos programas.
Su participación en el tema de las vacunas –los “chalecos guindas” terminaron siendo detestados por muchos– fue también desastrosa su actuación.
3.- Tiene que ver con Ricardo Monreal, al referirse a él en el contexto de los resultados en Cuauhtémoc como “ese traidor”. Aparentemente, a los ojos del presidente, el senador, es visto ahora como un traidor al movimiento y a la causa. Las versiones de que Monreal operó en contra de Dolores Padierna se han difundido ampliamente, Claudia Sheinbaum y la propia Dolores han expresado en corto sus dudas y enfado hacia el senador.
Pero lo que atestiguamos son apenas los prolegómenos de la batalla campal que significará la sucesión de Andrés Manuel.
Claudia y Marcelo enfrentados inevitablemente por el conflicto de la Línea 12 y la repartición de responsabilidades y culpas.
Los culpables de la derrota electoral
AMLO culpa de la derrota electoral a la conspiración de los conservadores y les dice que no tienen buen caballo para el 2024 y culpa a la clase media y a los medios de comunicación.
“No hay dirigentes del conservadurismo, a lo mejor surjan, pero en el flanco izquierdo hay hasta para tirar para arriba, hasta para prestar, entonces ellos apuestan a eso, que nos fraccionemos, se van a quedar con las ganas”.
“Estuvo duro el bombardeo, la guerra sucia, llegaron a confundir a muchos aquí en la Ciudad (de México), porque era día y noche la campaña en contra, en la radio, en la televisión, en los periódicos, en las redes”.
López Obrador reiteró que en la capital del país permeó la campaña mediática contra la Cuarta Transformación: “Muchos se confundieron, se utilizó mucho lo del Metro de Tláhuac porque nuestros adversarios no tienen escrúpulos de ninguna índole, ellos querían derrotarnos, que no alcanzáramos la mayoría en la Cámara de Diputados y se lanzaron con todo, nada más que no pudieron”.
“La campaña fue incesante, profunda, perversa, en todos los medios de información, con honrosas excepciones. Es una prensa vendida, alquilada, una prensa corrupta la que se tiene en el país desgraciadamente, con honrosas excepciones. Nunca se había atacado tanto a un gobierno como ahora”.
Lo anterior advierte el fracaso de la mañanera, que no logró convencer a los 30 millones que le dieron el triunfo en el 2018 y que sólo votaron por Morena 16 millones de electores.
Con información de: https://apropositofmp.wordpress.com/2021/06/29/el-festejo-termino-en-pleito/