Sin duda las últimas semanas, han tenido un significado especial para las religiones católica, cristiana y judía, debido a la celebración de días Santos, lo que ha significado para muchas personas, tiempo para estar con la familia, para vivir momentos de esparcimiento y para unos pocos una oportunidad de fomentar la contemplación, reflexión y oración.
Sin embargo, lo cierto es que la energía que se percibe en estas fechas es realmente poderosa y nos invita a percibir nuestra “realidad de una manera diferente”.
Es por ello, que, en estas apresuradas líneas, te quiero compartir un hecho que me ha llamado la atención en los últimos días, me refiero a la forma en que hemos sido condicionados en nuestra sociedad para demandar o exigir el cumplimiento, un derecho, una acción o un comportamiento.
Lo curioso es que en la generalidad, con sus honrosa excepciones claro, estas demandas se realizan desde la carencia de aquello que se busca cambiar, en otras palabras, exigimos que el prójimo adopte una actitud o comportamiento que es opuesto a la que yo manifiesto durante mi exigencia, por ejemplo, pudiera citar la permanente demanda muy válida de tolerancia de diferentes grupos, sin embargo, con tristeza vemos que estos mismos en su gran mayoría son muy intolerantes a toda ideología diferente, de esta forma, el patrón se puede repetir en infinidad de eventos.
Buscamos honestidad, cuando en nuestro actuar de manera consciente o inconsciente, fomentamos la corrupción; buscamos la unidad dividiendo; buscamos la justicia desde la ilegalidad; demandamos la paz desde la violencia; queremos igualdad de oportunidades, pero buscamos un trato especial y privilegios; exigimos derechos sin obligaciones; queremos libertad sin responsabilidad, etc.
La pregunta es, ¿por qué actuamos así? ¿condicionamiento? ¿educación? ¿idiosincrasia? Desde mi particular punto de vista creo que la razón de fondo es la comodidad, ya que es mucho mas fácil señalar y criticar que primero convertirse en ejemplo de lo que quieres fomentar o transformar. Es por ello, que siempre tenemos a muchas personas exigiendo algo desde la carencia de eso que exigen, sin embargo, esta forma de buscar lograr aquello que se demanda es hueca y rara vez logrará su objetivo, la falta de consonancia entre lo que se dice y lo que se hace inhibe todo poder energético, que pueda provocar ese cambio que se busca
Permíteme explicarte lo anterior con la siguiente historia que se le atribuye a Mahatma Gandhi:
Una mujer fue junto con su hijo a ver a Gandhi.
Gandhi le preguntó qué quería y la mujer le pidió
que consiguiese que su hijo dejase de comer azúcar.
Gandhi le contestó:
-Traiga usted otra vez a su hijo dentro de dos semanas.
La mujer volvió a su casa decepcionada, ya que había recorrido
un largo camino y no había obtenido lo que necesitaba.
Sin embargo, confiaba en la sabiduría de Gandhi,
así que dos semanas más tarde volvió a llevar a su hijo ante él.
En esta ocasión, Mahatma Gandhi miró al niño y, con seguridad, pero benevolencia a la vez , le dijo: “Hijo, no comas tanta azúcar”
La mujer, muy sorprendida, le preguntó: ¿Por qué tuve que esperar dos semanas para qué usted le dijese éso?
¿Acaso no podía habérselo dicho hace quince días?
Gandhi contestó:
-No, porque hace dos semanas yo también comía azúcar… (texto tomado de https://mcarrilloleon.wordpress.com/2014/09/09/lidera-con-el-ejemplo-la-historia-de-gandhi-y-el-azucar/)
¡¡¡Wowww!!! Realmente me encanta esta breve anécdota que ejemplifica una gran verdad: “Solo interiorizando y fomentando en ti aquello que quieres cambiar en lo demás, podrás ser coherente en tus demandas y tener ese poder energético que te permita lograr el cambio que tanto buscas”
Los tiempos de hoy, como todos lo tiempos que ha atravesado la humanidad son únicos, irrepetibles y complicados. Que no ten confundan las opiniones huecas, con propuestas cuyo único propósito, es disfrazar un interés individual por medio del abanderamiento de una causa social. Para muestra observa la actividad política.
Busquemos fomentar en nosotros la filosofía de Gandhi: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo” Lo cual es una de las actividades más difíciles a las que se puede enfrentar el ser humano, pero sin duda, la practica en los hechos del perfeccionamiento personal te llevará a ejercer tu humanidad en otro nivel, donde tu exigencia deje de ser exigencia para convertirse en el origen de la solución.
Con información de: https://infinitologos.blogspot.com/2021/04/coherencia.html?m=1