La Torre Eiffel estará rodeada antes de que acaba el año por un muro de cristal de 2,50 metros para reforzar la seguridad y protegerla de posibles ataques, indicó este jueves el ayuntamiento de la capital francesa.
El dispositivo, que costará unos 20 millones de euros y que desvelado este jueves por el periódico Le Parisien, sustituirá las barreras actuales instaladas desde la Eurocopa de 2016.
“Vamos a sustituir las rejas metálicas en los ejes norte y sur [de la torre] por paneles de cristal, que permitirán a los parisinos y a los visitantes recuperar una vista agradable del monumento desde el Campo de Marte y el puente de Iena”, dijo en un comunicado Jean-François Martins, adjunto de Turismo de la alcaldesa socialista Anne Hidalgo.
Será una “valla antibalas que rodeará la mayor parte de los jardines de la Torre Eiffel”, indicó por su parte Bernard Gaudillère, presidente de la sociedad que gestiona el monumento.
Según Martins el objetivo es conseguir una circulación mas fluida para los visitantes. “La situación de riesgo terrorista sigue siendo elevada en París y los lugares más expuestos, entre ellos la Torre Eiffel, necesitan medidas de seguridad especiales”, dijo.
El nuevo sistema servirá para evitar intrusiones y que individuos o vehículos puedan entrar en la explanada. El objetivo es que las obras estén terminada antes de que acabe el año.
El proyecto forma parte de un amplio plan de 300 millones de euros (320 millones de dólares), anunciado el mes pasado, para reforzar la seguridad y mejorar las instalaciones para recibir a los visitantes de la famosa torre. El acceso a la base del monumento debería seguir siendo gratuito.
La Torre Eiffel, inaugurada durante la Exposición Universal de 1889, se ha convertido en un emblema de París y el monumento con entrada paga más visitado del mundo. Recibe seis millones de visitantes por año.
En 2015 y 2016, Francia fue golpeada por una serie de atentados yihadistas que dejaron 238 muertos y cientos de heridos, muchos de ellos en París.
El 3 de febrero, un egipcio de 29 años atacó con machetes a unos militares que patrullaban en el Carrusel del Louvre, el turístico centro comercial que da acceso al museo más visitado del mundo