El pasado 24 de diciembre, el Canciller Marcelo Ebrard, al recibir el primer cargamento de vacunas de 3 mil dosis, informó al presidente AMLO: “misión cumplida”, la pregunta es ¿qué se cumplió?, si la meta era que llegarán las primeras vacunas, se cumplió.
Pero ya van más de 50 días y apenas se han vacunado 760 mil personas en primera dosis, con datos al pasado domingo 14 de febrero, sin haber alcanzado la meta comprometida al último de enero, de vacunar a todo el personal médico, el cual fue relegado al darle prioridad a los jóvenes servidores de la nación. Aun cuando, originalmente, ni siquiera estaban contemplados en su calendario.
Las primeras dosis eran únicamente al “personal de salud en la primera línea de control de la Covid-19”.
Con la aplicación de vacunas a maestros, servidores de la Nación y promotores de programas de Bienestar, la Secretaría de Salud ignoró la política nacional de vacunación que emitió con la asesoría de expertos.
El subsecretario Hugo López-Gatell, justificó que los miembros de las brigadas Correcaminos son vacunados sólo cuando hay “excedentes” y el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que los Servidores de la Nación sí pueden ser vacunados, por formar parte de las brigadas.
Es falso lo que afirma López Gatell, pues no existe ningún excedente de vacunas que justifique aplicar las pocas que hay a los servidores de la nación, que son el instrumento electoral que usarán la vacuna como moneda a cambio del voto ciudadano. Ya vacunados estos operadores electorales, podrán andar en campaña a favor de Morena sin peligro de contagiarse, por eso armaron así las brigadas correcaminos.
Según la Secretaría de Salud, cada brigada estará integrada por 13 personas: cuatro responden a la promoción de programas del gobierno; dos serán servidores de la nación, uno será promotor de Sembrando vida o de los programas de Bienestar y otro es integrante de La escuela es nuestra, entrega directa de dinero o de las becas Benito Juárez. ¿Qué tiene que hacer un representante del programa sembrando vida o de las becas Benito Juárez?, está claro que es un ejército electoral, puesto que el coordinador de cada brigada será un servidor de la nación, que le reportará al Centro Coordinador Estatal y al de Bienestar del gobierno federal.
Los otros nueve integrantes de la brigada serán: un responsable médico, un enfermero, un doctor, dos voluntarios y cuatro elementos de las Fuerzas Armadas. El 30 por ciento de las personas que hoy estarán encabezando las labores de vacunación también promueven programas sociales gubernamentales y reparten dinero.
Al respecto, gobernadores y partidos de oposición, analistas y académicos han advertido que, con la participación de funcionarios en las brigadas de vacunación, el plan de inmunización adquiere un tinte electoral debido al trabajo político que realizaron las personas también conocidas como siervos de la nación.
Vacunación masiva
Aunado a lo anterior, el gobierno federal anuncia una vacunación masiva teniendo únicamente en su poder 870 mil dosis de la vacuna AstraZeneca, que llegaron el domingo por la noche procedentes de la India y 491 mil 400 dosis que envió el laboratorio Pfizer.
Es falso también que es una vacunación masiva, porque estas dosis han sido distribuidas en los 32 estados de la república y representan el 5.5 de la meta de vacunar a 15 millones 717 mil 170 adultos mayores de 60 años, enviadas a 333 municipios los más pobres y marginados del país, y los de menor población, representan apenas una séptima parte de los más de 2400 municipios del país.
La coincidencia es que los Estados de Baja California, Chiapas, Tabasco, Veracruz y Puebla, gobernados por Morena, son que los que mayor porcentaje de vacunas reciben, pues mientras Nuevo León, Querétaro y Coahuila reciben apenas el 15 por ciento de vacunas del padrón de los que se registraron el sistema aceptando la vacuna, en los estados de Morena, como Baja California, recibe el 35.6 por ciento, Chiapas el 55 por ciento, Puebla 21 por ciento, Tabasco el 29.2 por ciento y Veracruz el 29 por ciento.
En diciembre, el presidente anunció que en el mes de enero quedarían vacunados todos los integrantes del personal médico y de enfermería, no se cumplió la meta y los vacunados han recibido una sola dosis. También se anunció que el 31 de marzo quedarían vacunados los 15.7 millones de adultos mayores, el domingo se dio a conocer que se cambia la fecha para el 15 de abril.
Vacunar como se anuncia 15.7 millones en 60 días implica vacunar diariamente 250 mil personas, con una sola dosis, esta meta tampoco se va a cumplir, pues ya se anunció que la segunda dosis en lugar de aplicarse 21 día después será de 7 a 12 semanas. Llegaremos al 6 de junio sin haber cumplido esta meta.
A la falta de vacunas, al vacunar a los servidores de la nación, y al no cumplir con vacunar al personal sanitario, se agrega un error más considerado por expertos como grave, el iniciar la supuesta vacunación masiva en zonas de mayor marginación social, alejadas, y que no son zonas de contagio y de riesgo.
La Secretaría de Salud ha informado que la decisión de vacunar primero a 3 millones de habitantes de zonas rurales se tomó porque se trata de personas que han sido marginadas y aisladas y no tienen probabilidad de encontrar un servicio de salud de calidad, de segundo nivel o cuidados intensivos y al ser históricamente discriminadas, ahora se les da prioridad. Aunque se haga prevalecer un criterio político de rentabilidad electoral acorde con el discurso “de primeros los pobres”, aunque no estén en zona de riesgo o de contagio.
Otro argumento es que, al haber pocas vacunas, si en este momento se utilizan las vacunas que hay, en dos semanas quedarían vacunadas las personas de esos municipios rurales, esto es reconocer que efectivamente no hay vacunas y que no es cierto que tenemos compradas 140 millones de dosis. O sea, se presumen que somos el país que más vacunas ha comprado, no las tenemos y se reconoce que hay pocas.
Los expertos han insistido que se debe vacunar en primer lugar los sitios que reportan altos niveles de contagio y no las zonas rurales y que resulta más razonable aplicarlas en los sitios que hay mayor concentración poblacional y mayor tasa de incidencia de contagios y mayor velocidad de propagación del virus. Sobre esto, la Secretaría de Salud afirmó que hacerlo como dicen los expertos sería el impacto epidemiológico prácticamente nulo por las pocas vacunas existentes.
Nuevamente domina el discurso oficial que contradice a la realidad, la rifa de un avión sin avión, la inauguración de un aeropuerto internacional sin aeropuerto y una campaña de vacunación masiva sin vacunas y un combate al virus en los lugares que es casi inexistente.
Y sin tener una vacuna hecha en México por mexicanos, el presidente nos anuncia que hay proyectos para una vacuna mexicana pero que, aunque no la tengamos se adelante a sugerir, que de llegar a existir se llame “Patria”. O sea: una “Vacuna Patria” inexistente y una Patria sin vacunas.