*** La Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística organizó el coloquio “Diseño y Construcción del Estado Social Mexicano, 1940 -1964”.
*** El director general del INAH inauguró la actividad con una introducción a esta etapa, marcada por el modelo económico del “desarrollo estabilizador”.
Hace un año, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE) inició una serie de reflexiones sobre los procesos políticos, culturales, sociales y económicos que dieron lugar a la nación moderna, a partir del gobierno de Venustiano Carranza y haciendo un alto en el de Lázaro Cárdenas; ahora reanuda esta revisión con el coloquio virtual “Diseño y Construcción del Estado Social Mexicano, 1940 -1964”.
El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, fue el encargado de inaugurar la actividad académica digital y de contextualizar este periodo también conocido como el “Milagro mexicano”, del cual –dijo– cabe realizar un examen en el marco de este 2021, cuando están por cumplirse 200 años de vida independiente y deben considerarse las asignaturas pendientes o, en palabras del politólogo italiano Norberto Bobbio, “las promesas incumplidas”.
A solicitud del presidente de la SGME, Hugo Castro Aranda, el titular del INAH hizo una introducción al tema que será analizado a profundidad hasta mediados de año, durante las 13 sesiones que integran el programa. El antropólogo destacó que las tareas pendientes en el avance de la patria, se remontan al germen de la lucha insurgente y a lo que ya asentaba el general José María Morelos en sus Sentimientos de la Nación: la moderación de la opulencia y la indigencia, el combate a la ignorancia y la construcción de un Estado de Leyes.
En ese sentido –continuó–, la etapa marcada por el modelo económico del “desarrollo estabilizador”, representó claroscuros en el devenir del país. Para este momento, finales de la década de 1930 y principios de 1940, se habían consumado las principales reformas surgidas de la Revolución Mexicana, muchas de ellas como la reforma agraria, la nacionalización del petróleo y una política laboral, articuladas en el mandato de Lázaro Cárdenas del Río.
Durante el “Milagro mexicano” se llegó a tasas por arriba del 10% del Producto Interno Agrario y, a lo largo de esas tres décadas, el Producto Interno Bruto, fue subiendo en su promedio anual, del 3% al 6%, por lo que la percepción generalizada era la entrada del país al círculo de las grandes potencias. Una visión optimista que tuvo un agridulce despertar en 1968, cuando unas cuantas semanas separaron la masacre estudiantil en Tlatelolco, de la inauguración de los XIX Juegos Olímpicos que en opinión del antropólogo Diego Prieto:
“Estos acontecimientos señalaron el contrasentido de la política que se desarrollaba entonces, basado en una estrategia que bien describió Roger D. Hansen, con una mejoría no muy elevada pero constante en la vida de los trabajadores, a la par de la entrada en crisis de la política agraria, del autoritarismo del régimen y del partido de Estado, incapaces de atender los anhelos sociales de democracia y de pensamiento libre.
“México transitaría de un país rural a uno predominantemente urbano, modificando el esquema de su composición con el desarrollo intenso de las clases medias y el crecimiento de la importación de sus granos y alimentos básicos”, detalló.
Sin embargo, ese periodo también representaría la consolidación de organismos dedicados al desarrollo de la ciencia, el arte y la cultura del país, caso del INAH, creado por decreto presidencial en 1939. Bajo la encomienda de recuperar la memoria histórica, el orgullo nacional y el reconocimiento de la diversidad étnica, lingüística y regional, el Instituto creció en los 30 años siguientes, teniendo por culmen la inauguración en 1964 del Museo Nacional de Antropología en los terrenos del Bosque de Chapultepec, “el gran templo de la mexicanidad”, por el entonces presidente Adolfo López Mateos.
Del optimismo, el “Milagro mexicano” dio lugar al escepticismo colectivo y a la convicción de que “si no hacíamos cambios en el esquema político y social no íbamos a poder continuar con un desarrollo económico sostenido y favorable para todos, para el bienestar de la población”.
El titular del INAH, coincidió con su par del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, Ana Carolina Ibarra González, en que la pandemia de Covid-19 nos ha llevado a una nueva coyuntura histórica que, por encima de la polarización que impide el diálogo, requiere de cultivar la reflexión serena y el pensamiento crítico de lo que hemos enfrentado y estamos por enfrentar, apuntando a la solución de los grandes problemas de la nación.
En la sesión también estuvieron Rodrigo Vega y Ortega, responsable de la carrera de Historia, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; Óscar González Azuela, María Eugenia del Valle Prieto y Gabriel Rivera, titulares de las academias de Historia, Relaciones Internacionales y de la correspondencia en Tijuana, Baja California, de la SMGE, respectivamente.