En este primer escrito del año, quiero agradecer a Abba la Bendición de tener la oportunidad de compartir contigo aquello que en su momento se me dio a conocer. A ti querido lector de estas apresuradas líneas, muchas gracias por tu tiempo y confianza, deseo de todo corazón que en tu hogar reine la salud, el amor y la paz, y que este 2021 sea un año donde demos lo mejor de nosotros a nuestro semejantes.
Ha llegado el 2021, con grandes retos. Hoy la pandemia está más intensa que nunca, los sistemas económico, político, de salud, educativo entre otros, buscan la manera de adaptarse a esta nueva realidad y no sucumbir en el intento. A nivel personal se vive algo similar, cada uno de nosotros hemos buscado la forma de adaptarnos, a esta nueva realidad, algunos lo han hecho de una manera asombrosa, para otros ha sido muy complicado.
En estas líneas te quiero comentar que esto, tarde o temprano va a pasar, que las condiciones actuales no serán permanentes. Hoy, ante estas circunstancias de cansancio, dolor, de depresión, de tristeza, tenemos que recordar aquello que nos caracteriza como seres humanos, es decir, evocar la certeza de una inteligencia superior que da origen y nos conecta a todos.
Hoy mas que nunca tenemos que aferrarnos a la bandera de nuestra Fe para salir adelante. Viene a mi mente aquella frase de que “Dios no puede hacer mas por ti, de lo que tu haces por ti”. seamos el medio por el cual Dios, Abba, el universo o la inteligencia universal (como quieras llamarle), se manifieste a los demás, por medio de esa palabra de aliento, de las manos que ayudan, que sanan, del pensamiento que nos de esperanza, de la sonrisa que nos recuerde lo hermoso que es vivir. Hoy en estos tiempos tan complicados, necesitamos la mejor versión de ti…
Es maravilloso ver cuantas personas se han convertido en auténticos medios de Dios, a través de sus acciones para sus semejantes, y que bajo estas circunstancias, se convierten en testimonio vivo del verdadero significado del Amor desinteresado que va mas allá de la emoción, y de los intereses banales. Hoy en lugar de centrarme en la tragedia decido centrarme en la esperanza, en lugar de criticar quiero contribuir, en lugar de maldecir prefiero orar, en lugar de gritar elijo sanar. Este presente nos guste o no, es parte del tiempo que nos toca vivir, parte de nuestra historia de vida.
Quiero terminar estas líneas con este texto que hace tiempo llegó a mis manos, y que me ha dado luz dentro de mi entendimiento limitado, se sitúa en los años perdidos del Maestro de la virtud Jesús de Nazareth, “durante su periodo de viajes, una persona le cuestiona,- ¿Si tu Dios es un Dios de Amor, por qué permite tanta desgraciada en el mundo? -El Maestro sonríe compasivamente y le responde -Abba permite la imperfección en este mundo para que busques la perfección, permite la oscuridad para que descubras la luz, deja sentir el dolor para que conozcas el alivio, hay odio para que nazca la compasión. Tal vez, la imperfección existe para que tú te conviertas en la sal que necesita este mundo para ser mejor.”
Seamos la sal que necesita nuestro presente.
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