Ya desde el siglo VIII, las ciudades costeras del Cuerno de África eran puertos comerciales donde afluían bienes desde lugares tan lejanos como India y China. Harar, una ciudad islámica fortificada en el oriente de Etiopía fundada en el siglo XV, recibía grandes caravanas cargadas de estos bienes que después serían transportados tierra adentro, además de inciensos y resinas aromáticas, muy apreciadas desde el antiguo Egipto. En estas pequeñas charolas de la cultura Harar de Etiopía (África oriental) se sirven una serie de ingredientes que acompañan guisados, llamados wat, de verduras, leguminosas y carne, y que se comen con la mano como en México.
Raffaela Cedraschi
Museo Nacional de las Culturas del Mundo
Fotografía: Joaquín Vega