Según el informe de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, el voluntario no recibió la dosis de la vacuna contra Covid-19, sino la sustancia utilizada como placebo
Un voluntario de Brasil que participaba en dos ensayos clínicos de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca murió debido a complicaciones de Covid-19, el jueves pasado.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) fue informada formalmente del hecho el lunes.
Según Anvisa, los desarrolladores de la vacuna ya compartieron con la agencia los datos de la investigación que realizó el Comité Internacional de Evaluación de Seguridad sobre el caso. Anvisa informó al medio brasileño OGlobo que el caso está en evaluación.
El informe constató a partir de fuentes vinculadas al estudio internacional, y que no se identifican por obligaciones legales, que el voluntario no recibió la dosis de la vacuna, sino la sustancia utilizada como placebo. Sin embargo, debido al secreto legal, ni el laboratorio, ni los centros responsables de las pruebas, ni Anvisa, informan oficialmente si el voluntario recibió el placebo o no.
Actualmente, en el país se experimentan, además de las vacunas desarrolladas por AstraZeneca-Universidad de Oxford y por Sinovac, las formuladas por la multinacional Johnson & Johnson y por el consorcio BioNTech (Alemania) y Wyeth/Pfizer (Estados Unidos).
Brasil es el segundo país con más muertos por el nuevo coronavirus, con casi 155 mil, detrás de Estados Unidos.
Bolsonaro cancela acuerdo para comprar vacuna china
Por la mañana, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que ordenó cancelar el acuerdo anunciado el martes por el ministerio de Salud para adquirir millones de dosis de la vacuna china CoronaVac, en medio de una disputa con uno de sus grandes adversarios políticos, el gobernador de Sao Paulo.
“Ya lo ordené cancelar [el acuerdo], el presidente soy yo, no renuncio a mi autoridad, porque estaría comprando una vacuna en la que nadie está interesado”, declaró a periodistas en un acto en Sao Paulo.
Antes, en Facebook, el mandatario ultraderechista advirtió que “el pueblo brasileño no será cobaya de nadie”.
“Cualquier vacuna, antes de estar disponible para la población, deberá ser comprobada científicamente por el Ministerio de Salud y certificada por Anvisa [Agencia de Vigilancia Sanitaria]”, escribió Bolsonaro.
El martes, el ministro de Salud, Eduardo Pazuello, anunció tras una reunión con los 27 gobernadores del país que el gobierno federal había llegado a un acuerdo con el estado de Sao Paulo, que está ayudando a testear y producir la vacuna, para comprar 46 millones de dosis con el objetivo de que sean administradas desde enero en caso de constatarse su seguridad y efectividad.
Pero el miércoles, el ministerio explicó en un comunicado que las palabras de Pazuello habían sido “malinterpretadas”, precisando que no había un “compromiso” firme para adquirir vacunas, sino sólo un “protocolo de intención”.
La vacuna en cuestión, CoronaVac, desarrollada por el laboratorio privado chino Sinovac, ha sido probada en la fase III -la fase final- en miles de voluntarios en seis estados del país, incluido el de Sao Paulo, el más afectado por la pandemia.
La vacuna será producida en Brasil por el Instituto Butantan, organismo público bajo la supervisión del estado de Sao Paulo, gobernado por Joao Doria, opositor político de Jair Bolsonaro.
En su publicación de Facebook del miércoles, el presidente se refirió a la iniciativa como “la vacuna china de Joao Doria”.
El gobernador del estado más rico y poblado del país, de visita en Brasilia, respondió: “La vacuna de Butantan es la vacuna de Brasil, de todos los brasileños. Nosotros no evaluamos las vacunas según criterios políticos o ideológicos”.
La víspera, el ministro Pazuello también la había calificado como “la vacuna de Brasil”, recordando que el país latinoamericano de 212 millones de habitantes también está en fasse III de pruebas con la vacuna desarrollada por el grupo farmacéutico AstraZeneca con la Universidad de Oxford.
Con información de: El Universal