*Este domingo 11 se celebra el Día Internacional de la Niña, establecido por Naciones Unidas en 2011.
A 25 años de asumirse la lucha contra la violencia hacia las mujeres y las niñas, en Beijing, China, el reto sigue siendo grande, pese a las normas y leyes que reconocen una vida libre de violencia y prácticas nocivas. Bárbara Mancera Amezcua, profesora por asignatura de la Facultad de Derecho de la Universidad, habló en entrevista acerca de estas prácticas de violencia que no se han terminado, así como de los retos que representan para la sociedad.
Y es que, comentó en entrevista, si bien es cierto que desde el derecho internacional las normas locales han ido cerrando filas ante la violencia contra las niñas, aún el camino por recorrer es largo; lo que nos hace falta, dijo la abogada, “es la difusión de esas normas, que estos temas sean de interés de la prensa, de la academia, de la política, de la medicina; necesitamos que sea interés de todos. A medida que nos interesemos podremos resolverlo y tendremos leyes y herramientas útiles, no quiero decir que eficaces, porque serán eficaces en la medida que los ciudadanos las exijamos”.
Mancera Amezcua recordó que el 11 de octubre se estableció por Naciones Unidas como el Día Internacional de la Niña. En junio de este 2020, la ONU emitió un informe en el cual se asienta que siguen las prácticas de matrimonio infantil, mutilación genital, preferencia natal de niños sobre niñas, preferencia postnatal, tabúes referentes a la salud sexual y la menstruación, el embarazo adolescente, escolaridad, entre otras situaciones de discriminación y violencia.
Desde el 2016, en Colima, dijo Bárbara Mancera, la unión civil de menores de 18 años está prohibida; sin embargo, comentó que esto no exime de que puedan vivir en unión libre, de hecho “hay entidades federativas que permiten el matrimonio infantil. Se estima que en el país, el 26% de las niñas adolescentes contrajeron matrimonio antes de los 18 años, y en eso hay que poner atención, porque eso es lo que se registra, pero no sabemos cuántas niñas se van a vivir con sus parejas”.
Esta situación llama la atención de la académica, pues no hay registros del número de niñas en relación de concubinato. Este mismo informe señala que las desventajas para las mujeres se incrementan cuando inician una vida en pareja a temprana edad, “no es sólo debido a la cultura del deber ser mujer, la que atiende el hogar o a una exigencia familiar, sino que en ocasiones toman la decisión de huir de casa de sus padres por la violencia que viven, entrando a un nuevo entorno de responsabilidades para el que no están listas. Entonces, los gobiernos tendrán que poner mucha atención en este fenómeno de mujeres menores o niñas que prefieren estar fuera de casa para evitar la violencia en casa”.
Además, México ocupa los primeros lugares en embarazo adolescente en el mundo, “algunas cifras que maneja este informe dicen que una de cada mil niñas entre 15 y 19 años tuvo un hijo entre el 2013 y el 2018”. En 2018, el Instituto Nacional de las Mujeres reportó que, en 2015, 7.8% de adolescentes de 12 a 19 años ya eran madres. En 2016 se reportaron, además, 399 mil 140 nacimientos de madres menores de 19 años, esto es 17 de cada cien nacimientos.
“Ser madre a temprana edad no sólo tiene consecuencias para las niñas, sino para sus hijos. Ellas no pueden acceder a la educación, trabajos o ser independientes; además, hay altas posibilidades de que no se logre el parto e incluso que la niña gestante pierda la vida. Esto se relaciona con los tabúes de la sexualidad y la falta de información para niños y niñas en las escuelas, en casa, y tenemos que reforzar estos conocimientos”, agregó.
En este sentido, comentó que la salud sexual y la menstruación sigue siendo un tabú en algunas culturas; incluso se ve como signo de impureza, “se les dice a las niñas que deben tener una alimentación específica, que no se deben bañar y tener un comportamiento distinto. Lo que generan esas acciones es un sentimiento de culpa, una estigmatización a temprana edad y también impacta cómo desde niñas comenzamos a concebir nuestro propio cuerpo y la sexualidad. Incluso -dijo- en países africanos y asiáticos se dan prácticas de mutilación genital y esto también es conocido como prácticas nocivas”.
Otra de las prácticas nocivas que se busca erradicar por completo, agregó, son las preferencias natales y postnatales; es decir, preferir tener hijos niños sobre niñas, así como dar más oportunidades, tanto de alimentación como de estudios, preferentemente a varones sobre las mujeres.
La profesora comentó que, si bien culturalmente nos hace falta mucho para avanzar, “hay leyes que se están construyendo e implementando para que se cumplan los objetivos planteados desde el ámbito internacional; tan es así, que desde hace cuatro años, en Colima los menores de edad no pueden celebrar matrimonio”. Además, dijo que el empuje de los movimientos, tanto en las calles como en redes sociales, ha sido fundamental para que avancen estos temas.
Para llegar a la meta, dijo la profesora, “se necesita que todos formemos parte de la solución evitando discursos machistas. Cuando desaparece una niña o una mujer se dice que ellas lo provocaron y que lo merecían, discurso que no lo encontramos cuando se habla de la desaparición de los varones. Mientras sigan existiendo discursos sociales sobre lo que debería ser una niña normal o una niña de su casa, vamos a seguir encontrando estas cifras tan lamentables”.
Finalmente, invitó a que este día de las niñas cada uno de nosotros nos asumamos como parte generadora del problema; “vivo en esta sociedad y por supuesto que convivo con estas prácticas nocivas. No puedo verme como ajena; debemos hacernos responsables y cuestionarnos lo que estamos haciendo, los mensajes que les damos a nuestras hijas. Detrás de estos discursos existe una cuestión de género, y es momento de cuestionarnos nosotros mismos”.