Esculturas inflables representando a un pollo con el rostro configurado como el del presidente electo estadounidense Donald Trump han tenido tanto éxito en China que una fábrica tuvo que aumentar su ritmo de producción al acercarse el Año del Gallo.
La efigie inflable, de cinco metros de altura, representa un ave de corral cuya cresta ha sido reemplazada por el mechón emblemático del fogoso multimillonario, dotada de pequeños brazos que imitan sus mímicas.
“Vi la imagen de Trump en la televisión, tiene una personalidad exuberante. Y como el Año del Gallo llega a fin de mes, decidí mezclar ambos elementos”, explicó a la AFP Wei Qing, propietario de la fábrica en Zhejiang (este de China) que produce en serie esta escultura.
“¡Ha sido realmente algo tan divertido! Habíamos realizado el diseño y comenzamos a venderlo. Y se ha revelado curiosamente que marcha muy bien”, añadió.
El pollo-Trump inflable está disponible en la principal plataforma china de venta en línea, Taobao, en la que la empresa ofrece también un modelo de 10 metros de altura por 14.400 yuanes (1.975 euros).
Donald Trump asumirá funciones el 20 de enero, una semana antes del Año Nuevo lunar, que para los chinos en la ocasión marca el comienzo del Año del Gallo.
Al acercarse la fecha, las figuras representando gallos y pollos se multiplican en todo el país, con innumerables moldeados y figuras distintas expuestas en los centros comerciales, oficinas de empresas y parques.
Una estatua gigante representando también a Donald Trump transmutado en pollo había sido expuesta a fines de diciembre frente a un centro comercial de Taiyuan (norte).
La obra, basada en una creación del grafista estadounidense Casey Latiolais, contaba con un gran mechón lateral de color naranja leonado imitando perfectamente los reflejos capilares del magnate inmobiliario. La misma tuvo un enorme éxito en las redes sociales, al punto que inmediatamente surgieron réplicas por doquier.
Wei se defiende ferozmente afirmando que no conocía el diseño inicial del grafista estadounidense. “¡Hay diferencias en la expresión facial (respecto a la estatua de Taiyuan). Además, se trata de una obra en vidrio, la nuestra es inflable!”, afirma.
El futuro inquilino de la Casa Blanca cautiva a la opinión pública china, lo que irrita al régimen comunista de Pekín, molesto por sus comentarios sobre el mar de China o Taiwán, sus ataques sobre el nivel del yuan, además de su proyecto de imponer duras penalizaciones aduaneras.