Las tres sesiones se realizarán como antesala del II Coloquio de la Visión Antropológica de la Conquista del Cemanáhuac, que se llevará a cabo del 28 al 30 de octubre
Hace medio milenio, el encuentro entre las culturas mesoamericanas y europeas cambió la historia de la humanidad para siempre. Este 2020, son diversas las actividades que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) desarrolla para estudiar y difundir las lecturas académicas que hoy se tienen de tal suceso.
Una de esas iniciativas son los tres conversatorios virtuales que se desarrollarán los días 20 de agosto, 14 de septiembre y 19 de octubre, como antesala del II Coloquio de la Visión Antropológica de la Conquista del Cemanáhuac, el cual se efectuará los días 28, 29 y 30 de octubre.
Tanto el coloquio como los tres conversatorios, a transmitirse a las 17:00 horas por el canal de INAH TV en YouTube, en el marco de la campaña “Contigo en la Distancia”, de la Secretaría de Cultura, buscan recuperar las identidades del complejo entramado social de Mesoamérica, integrado por mexicas, tlaxcaltecas, cempoaltecas, cholultecas y muchos otros pueblos, al momento de la irrupción hispana en sus territorios.
Para ello, informó el etnohistoriador Eduardo Corona Sánchez, coordinador de ambas actividades académicas, un amplio grupo de investigadores, entre antropólogos, arqueólogos, historiadores, lingüistas y antropólogos físicos del INAH, la UNAM y otros centros de estudio, expondrán las recientes investigaciones acerca de los sucesos previos y posteriores a la Conquista, así como pormenores poco conocidos de este periodo.
Con miras a ofrecer nuevas visiones sobre los hechos ocurridos hace 500 años, el eje de los conversatorios no girará en torno al rol de Hernán Cortés, sino al de las sociedades que formaban la unidad política conocida como Cemanáhuac —encabezaba por los mexicas— y en aquellas como la denominada alianza de los Tlaltepotzca, compuesta por cempoaltecas, tlaxcaltecas, cholultecas y huexotzincas, la cual utilizó los medios hispanos para crear una fuerza militar capaz de batirse con el poderoso ejército de Tenochtitlan.
Un ejemplo de estas nuevas miradas será el primero de los tres conversatorios, a desarrollarse el próximo 20 de agosto, bajo el tema “La resistencia de los pueblos del Cemanáhuac a la conquista hispana”.
Dividido a su vez en tres participaciones, iniciará con la ponencia La resistencia otomí a la conquista hispana, en la que Alonso Guerrero Galván, investigador de la Coordinación Nacional de Antropología del INAH, expondrá que este pueblo fue uno de los que con mayor denuedo rechazó la incursión de los europeos en sus tierras, causándoles, entre otras bajas, la primera muerte de uno de sus caballos, probando que estos animales y sus jinetes eran de carne y hueso.
Posteriormente, la antropóloga física Bertha Flores Hernández, adscrita al INAH, dictará la conferencia La respuesta acolhua a la colonización hispana, evocando la captura, en 1520, de una caravana de hombres, mujeres y esclavos taínos y negros que habían formado parte de la expedición de Pánfilo de Narváez, durante su paso por el señorío de Zultépec —hoy Zona Arqueológica de Zultépec-Tecoaque, en Tlaxcala—, donde fueron sacrificados selectivamente en honor a las deidades acolhuas.
La tercera conferencia del conversatorio virtual, llevará por título La rebelión mexica a la conquista mercantil hispana, y será dictada por el propio Eduardo Corona. El análisis se concentrará en evocar los sucesos posteriores a la Matanza del Tóxcatl y a la llamada Noche Triste, ocurrida la madrugada del 1 de julio de 1520, cuando las fuerzas de Cortés y sus aliados indígenas huyeron de Tenochtitlan asediados por los ejércitos mexicas ya comandados por Cuitláhuac.
Tras este suceso, abundó el etnohistoriador, se definieron claramente los bandos en disputa, pues Hernán Cortés consideró desde ese momento a los mexicas como rebeldes, al desacatar la voluntad expresada por Moctezuma, de obedecer al rey de España.
Lo anterior permitió al militar español realizar desde Tlaxcala y Segura de la Frontera (el segundo ayuntamiento en territorio novohispano) incursiones a los poblados afines a la Triple Alianza, de los cuales obtenía cautivos a los que marcaba con una “G”, para evidenciar su estatus de botín de guerra, y enviaba al Caribe para venderlos a cambio de armamento y vitualla.
Por su parte, el nuevo tlatoani de los tenochcas, Cuauhtémoc, se preparó para la defensa final de su capital, renovando lazos con Tlacopan y Texcoco, reuniendo aproximadamente 300 mil hombres a su causa —entre guerreros de la Triple Alianza, de Xochimilco, Mixquic, Ixtapalapa, Mexicaltzingo y otros pueblos—, al tiempo que fortificó las fronteras con Tlaxcala y rebajó los tributos de sus pueblos vasallos a fin de evitar que se sumasen a la empresa de Cortés y de sus aliados.
En la antesala del II Coloquio de la Visión Antropológica de la Conquista del Cemanáhuac, los conversatorios del 14 de septiembre y del 19 de octubre abordarán, respectivamente, “El significado de los rituales de sacrificio humano en el Cemanáhuac” y “La formación mexica al momento del arribo de Hernán Cortés al Cemanáhuac”.
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