En agosto de 2018, AMLO, candidato triunfante en la elección presidencial, solicitó al gobierno del presidente Peña Nieto, que no se licitara la compra de medicamentos en el mes de octubre para el ejercicio 2019, porque su gobierno, una vez que asumiere el poder, cambiaría el sistema de compra de medicamentos con el propósito de combatir la corrupción y el acaparamiento de medicamentos e insumos médicos.
Y así se hizo. Se licitaba en octubre y las empresas farmacéuticas entregaban en el mes de febrero los medicamentos sin que hubiera desabasto; el nuevo gobierno concentró en la Oficialía Mayor de la Secretaria de Hacienda la compra consolidada de medicamentos, pero la inexperiencia y la desorganización del inicio de gobierno, retraso la licitación y la entrega oportuna de los medicamentos, ello generó, a partir de marzo de 2019, el desabasto en el sector salud.
Se produjo, además del desabasto, la protesta social y las acusaciones del gobierno federal contra las empresas farmacéuticas acusadas de corrupción y acaparamiento, el gobierno licitó tarde y la protesta se extendió durante todo el 2019 y el argumento del gobierno fue la conspiración de las farmacéuticas y la resistencia a perder el negocio.
El 6 de enero de este año, al conmemorarse el día de la enfermera, el presidente AMLO negó que existiera desabasto y afirmó: “No hay faltantes de medicinas, al contrario, estamos construyendo un sistema de atención universal”.
El 23 de enero, ante la protesta de los padres de niños con cáncer en Palacio Nacional por la falta de medicinas para quimioterapias, el presidente AMLO respondió: “Aprovecho para decirle a la gente que tenemos resistencias porque había mucha corrupción en el sector Salud, en todos lados, y estamos limpiando, por eso estas reacciones muy lamentables, aunque no estoy culpando a nadie”.
Después, el presidente acusó al personal de salud de robarse los medicamentos y de esconderlos, por estar aliados con las empresas y ordenó a la función pública una investigación a diversos hospitales para descubrir la corrupción y la conspiración, entre ellos se acusó y se destituyó, sin prueba alguna, al director del Hospital Infantil Federico Gómez.
El gobierno federal, ante el desabasto, publicó un decreto para permitir la importación de medicamentos, violentando las disposiciones establecidas por la Cofepris, además de la duda de que los medicamentos adquiridos fueron piratas o de mala calidad. El desabasto continuó y hasta la fecha siguen las protestas de sectores vulnerables que no son atendidos por los medicamentos que antes entregaba el seguro popular.
Así entramos a la pandemia, con desabasto de medicamentos y con la negativa del gobierno federal a reconocerlo y ante la realidad, el presidente AMLO reconoció el desabasto este mes de julio y anunció “la compra de medicamentos en el extranjero con lo que se resolverá en definitiva el abasto de medicamentos”.
El presidente terminó reconociendo que se ha dificultado el abasto de medicamentos porque había mucha corrupción en la compra de miles y millones de pesos y que las empresas estaban molestas porque se les había acabado el negocio y reitero: “Hemos tomado esta decisión y vamos porque no falten medicamentos en los hospitales”.
AMLO anunció una compra en el extranjero de 60 mil millones de pesos para evitar ser rehén de los grupos que en México hacían su agosto en la venta de medicamentos, la compra se hará con el apoyo de la organización de las Naciones Unidas bajo la coordinación del representante permanente en la ONU, Juan Ramón de la Fuente.
El presidente afirmó: “Laboratorios muy famosos que pensaban que por tener buenas relaciones con los medios de información creyeron que con campaña de desprestigio al gobierno nos iban a doblegar”.
El titular del Ejecutivo señaló que cuando se “regeneren” los que se dedicaban a la venta de medicamentos, que entiendan que ya se acabó la corrupción, entonces se van a adquirir los fármacos en el país.
La decisión del presidente es un duro golpe a la industria farmacéutica nacional que han venido cumpliendo, pese a la desorganización del gobierno y a las políticas de austeridad, que propiciaron que algunas licitaciones quedarán desiertas por el castigo a los precios de adquisición.
La Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica lamentó esta decisión que llevaría a la quiebra a la industria nacional y a la pérdida de 60 mil empleos y se pone en riesgo la adquisición en el extranjero de productos de dudosa calidad.
Los industriales del ramo lamentaron que el gobierno federal considere que todos los fabricantes son corruptos y se ignore que esta industria es un sector estratégico de la industria nacional y que además se les ha acusado de corrupción a las distribuidoras de medicamentos sin presentar pruebas algunas ni denuncias formales en contra de funcionarios o de empresas farmacéuticas.
Ya tenemos, pues, la quiebra de una industria nacional, y la fuga de divisas, con lo cual se contradice el gobierno federal que pregona que México debe producir lo que consume y se contribuye también desde el gobierno a incrementar el desempleo. A muchas empresas les efecto el virus y a otras les está pegando la 4T
La pandemia sigue.
El 16 de abril, el Dr. López Gatell anunció que a mediados del mes de mayo la pandemia llegaría a su pico más alto para caer a su piso hacia el 16 de julio, cuando hizo el anunció hace tres meses se registraron 5,847 contagiados y 449 fallecidos; el 16 de mayo se registraban 47,144 infectados, y 5,045 fallecidos, el 16 de junio se registraron 154,863 contagiados y 18,310 fallecidos y el 16 de julio se registraron 324,041 contagiados 37,574 fallecidos. Los pronósticos del Dr. López Gatell, los derrotó la realidad y la pandemia no se terminó el pasado jueves 16 de julio.
Los pronósticos de la Secretaría de Salud han fallado en todo: tenemos tres meses domando pandemia y aplanando la curva, estos objetivos, según la Secretaría de Salud, se han cumplido y a diario se reitera que ya vamos de salida, ni en las fechas ni en los números han atinado el pronóstico.
Así como vamos conociendo el coronavirus, vamos conociendo también al Dr. López Gatell y su estrategia para enfrentar la pandemia, ya nos dimos cuenta que su objetivo no es evitar los contagios ni las muertes, su prioridad está en tener camas suficientes y evitar que se colapse el sector salud, le apuesta más a defender la salud del sistema que representa, que la salud y la vida de quienes pagan su salario: la gente de este país.
Todos los países se enfrentaron con el dilema de que había que atender la salud o la economía, un dilema complejo, nada sencillo, el que se escogiera no sería la decisión acertada. Hubo países que optaron por la salud y el confinamiento temprano como España, Italia y Francia y hubo países que confinaron tarde, como E.U, Brasil y México. Los tres países europeos tuvieron su pico pronto, al haber confinado a tiempo y ya abrieron su economía cuando había dominado la pandemia con muy pocos contagiados y casi ningún fallecimiento.
Nosotros confinamos tarde y abrimos nuestra economía en el pico alto de la pandemia, cuando más contagiados y muertos tenemos, la indefinición ha saturado los panteones, pero el triunfo del gobierno es de que todavía tenemos camas disponibles.
Ya entendimos la estrategia, tener siempre camas disponibles, sin importar cuántos se contagian o cuántos mueren; por eso el gobierno reitera que la pandemia está controlada, porque no ha colapsado el sistema de salud y aún tenemos camas disponibles; en ese sentido, el gobierno ha sido exitoso y podrá presumir que, si bien no acertó en los pronósticos de contagios y fallecidos, sí mantuvo camas disponibles.
Otro objetivo del Dr. López Gatell, que nos lo explicó al principio, pero no hicimos caso, era el de la inmunidad de rebaño, lograr muchos contagios para que ya inmunes derrotaran al virus; éste también es un triunfo de la Secretaría de Salud, muchos contagios para lograr la inmunidad del rebaño, ellos tenían razón, nosotros estábamos equivocados.
Así ha sido todo en estos días y más que habrá de pasar.