- Eliminar estímulos fiscales de los energéticos agudiza la vulnerabilidad económica del sector, que de por sí ya se resiente entre sus familias, señaló la legisladora de Morena.
- Frente a productores internacionales con quienes mantenemos acuerdos comerciales, es desventajoso para el sector el alto costo de los energéticos en México, señala.
La diputada federal Claudia Yañez Centeno exhortó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a reactivar los estímulos fiscales que venía otorgando a la gasolina ribereña y al diésel marino, mismos que en el mes de junio se publicaron en ceros, y son apoyos vitales ante la difícil situación que enfrenta el sector pesquero y acuícola nacional, según señala en el Punto de Acuerdo que presentó en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
En su propuesta, la legisladora del Grupo Parlamentario de Morena le pide concretamente a la SHCP declinar la disposición de eliminar el esquema de estímulos fiscales a los sectores pesquero y agropecuario en dichos rubros, ya que contribuirían en parte a re-dinamizar la productividad y competitividad de los pescadores, que se ha visto diezmada por los estragos del coronavirus.
Consideró que a la pérdida de estímulos fiscales a los energéticos que está instruyendo la Secretaría de Hacienda, se suma el embargo impuesto por Estados Unidos a la producción pesquera del Alto Golfo de California; la temporalidad de vedas de ciertas especies, e inclemencias meteorológicas, entre otros factores, lo que incide en la economía y en la viabilidad de la actividad pesquera.
Dijo Claudia Yáñez Centeno que “es urgente que el gobierno de México considere el cúmulo de dificultades y desventajas que el sector pesquero y acuícola suma al día de hoy para desarrollar su actividad y para sostener un estado de bienestar, dadas las disposiciones de confinamiento social, así como la poca o nula actividad pesquera, que ha provocado alteraciones en el consumo y oferta de pescados y mariscos a nivel local y nacional”.
Agregó que las desventajas económicas por las que actualmente transitan los hombres y mujeres del sector pesquero y acuícola tienen repercusiones transcendentes y profundas, ya que está detenida o limitada la frecuencia de su actividad y se ha acelerado la pérdida de empleos, lo que dificulta asumir los costos familiares de alimentación, salud, vivienda, servicios y otras necesidades cotidianas.
Enseguida, invocando el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, en el que se establece que “El gobierno federal impulsará las modalidades de comercio justo y economía social y solidaria, es fundamental que el gobierno sostenga sus esquemas de estímulos para fortalecer las economías locales y asegurar empleo para los 300 mil pescadores y acuicultores, quienes además generan cerca de 2 millones de empleos indirectos”, la diputada apuntó que eliminar los estímulos fiscales de los energéticos agudiza la vulnerabilidad económica del sector que de por sí ya se resiente entre sus familias.
Para fundamentar su petición a Hacienda, Claudia Yáñez Centeno indicó que el combustible es el principal insumo para la actividad pesquera y acuícola, por lo que los estímulos sí benefician directamente a los pescadores y acuicultores. Además, el sector pesquero y acuícola al no contar con apoyos extraordinarios para paliar los efectos de la pandemia por el virus de Covid-19, ameritan que se respete el esquema de estímulos previo a la disposición del 29 de mayo de 2020.
Es una realidad –continuó explicando- que un precio competitivo del combustible favorece la operación de embarcaciones y granjas acuícolas, ya que el alto costo de los energéticos en México pone en desventaja al sector pesquero y acuícola frente a productores internacionales del mismo sector y con quienes mantenemos o buscamos sostener acuerdos comerciales.
En la actualidad, en México, el costo promedio del diésel es de $17.77 pesos/litro, en Estados Unidos de $13.59 pesos/litro, en Ecuador de $10.55 pesos/litro, y en Rusia de $14.50 pesos/litro; por lo que el alto costo de los energéticos en México implica una seria desventaja con respecto a los productores internacionales.