Por Fernando Moreno Peña
El presidente AMLO anunció, en cadena nacional, su propuesta de recuperación económica ante las crisis sanitaria y económica. Su propuesta decepcionó a la mayoría de la población, porque fue solo una arenga ideológica, una repetición de SUS prioridades y una reiteración de sus necedades respecto de los proyectos insignia de la 4T.
No hubo propuesta alguna en apoyo de las empresas, ni de la preservación de la planta productiva y del empleo; SUS pobres tendrán todo y los demás, háganle como puedan.
La propuesta de AMLO es la siguiente:
I. No será despedido ningún trabajador, pero no habrá incremento de personal; de forma voluntaria se reducirá el salario de los altos funcionarios públicos hasta en un 25% de manera progresiva. De la misma forma, los altos funcionarios públicos no tendrán aguinaldos ni ninguna otra prestación de fin de año. El concepto de alto funcionario público aplica de Subdirector hasta Presidente.
Es una vacilada lo de la reducción del salario, será voluntario el segundo recorte a los funcionarios públicos, que tendrán cada vez un salario más precario y la tentación de caer en actos de corrupción para completar un salario acorde a sus necesidades. AMLO cree que la alta burocracia debería pagar por servir a México y, sobre todo, por ser parte de la 4T.
Ya me imagino a los funcionarios federales pidiendo voluntariamente que les paguen menos.
En cuanto al aguinaldo, es violatorio de la ley la supresión, e igual ocurre con las prestaciones de fin de año; no será posible quitárselos, los trabajadores deben recibirlas normalmente y ellos decidirán si las reintegran a la Tesorería de la Federación, o no.
II. “No se ejercerá el 75% del presupuesto disponible de las partidas de servicios generales y materiales y suministros”.
O sea, en plena recesión económica el gobierno federal dejará de gastar, afectando a todos sus proveedores, en momentos de crisis en que requieren venderle al gobierno para mantener a flote sus empresas y el empleo. No es la austeridad y el ahorro la mejor decisión, pues el gobierno está obligado a reactivar la economía mediante el gasto público.
Pero, más aún: estos recursos son para el gasto operativo del propio gobierno, ello implica, necesariamente, la paralización del aparato gubernamental.
Gasolina, material de limpieza, papelería, energía eléctrica y material fungible, telefonía e internet, todo eso va en esas partidas.
Ahorrar y quitarle dinero a las dependencias gubernamentales para destinarlos a Pemex y a sus inviables proyectos, es un despropósito.
“Se cancelan diez subsecretarías y se garantiza el empleo con el mismo rango y los mismos ingresos a quienes dejarán dichos cargos”.
En el decreto de austeridad suscrito por el presidente, una alarmante aberración jurídica, no se enumeran cuáles son las 10 subsecretarías suprimidas, pues eso lo resolverán sobre la marcha y, además, conservarán los sueldos a los funcionarios sin trabajar, en la costumbre de la 4T: regalar dinero a quienes no trabajan.
III. “Se extenderá hasta el 1o de agosto la suspensión de labores con goce de sueldo a quienes ya se encuentran en esta situación debido a la pandemia del coronavirus”.
Esto solo sirve para confundir a muchos, pues no se sabe si con ello se anula el anuncio de que el 18 de mayo habrá clases y el 1 de junio estaremos en la normalidad, o si, como lo dice el decreto comentado, la suspensión se levantará hasta el 1 de agosto.
Este confuso anuncio no aporta nada a la superación de la crisis, solo crea mayor incertidumbre de la padecida ya por la población en general.
IV. “Deberán de permanecer cerradas la mitad de las oficinas, con excepción de las que atiendan de manera directa al público o aquéllas que son esenciales para el bienestar del pueblo. En este periodo, se hará un esfuerzo de reubicación de servidores públicos, con el fin de dejar de rentar edificios, vehículos, bodegas e inmuebles, entre otros ahorros”.
Más austeridad en contra de la reactivación económica.
V. “La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dispondrá de los recursos necesarios para cumplir cabalmente con la entrega de participaciones federales a los estados, el pago de nómina, de pensiones y la amortización y servicio de la deuda pública”.
O sea, cumplir con lo establecido la ley, nada nuevo aporta a la economía
VI. “Tendrán trato excepcional la Secretaría de Salud, la Guardia Nacional, y las Secretarías de Marina y de la Defensa Nacional”.
VII. “Se aplicará la Ley Federal de Austeridad Republicana de manera rigurosa”.
VIII. “Se otorgarán 3 millones de créditos a personas y a pequeñas empresas familiares, y se crearán 2 millones de empleos, lo cual hará posible proteger a 25 millones de familias mexicanas, al 70% de los hogares de la república, donde habitan los más pobres y la mayoría de los integrantes de las clases medias del país”.
En los 3 millones de créditos de 25 mil cada uno, el gobierno destinará 75 mil millones de pesos, que representan apenas una décima parte de lo que el Banco de México va a destinar en apoyo a la superación de la crisis económica.
Esos créditos serán para quienes están en la economía informal y para aquellas micro y pequeñas empresas, que están en la formalidad y registradas en el seguro social. El error es que es un crédito uniforme, de una cantidad igual para todos, que no distingue las necesidades económicas de los beneficiarios y que, además, serán insuficientes.
Por ejemplo: si una empresa tiene cinco trabajadores con sueldo promedio de 7 mil pesos cada uno, requerirá 35 mil pesos para cubrir un mes de salarios y conservarle el empleo, que es uno de los requisitos para recibir el crédito, no tendrá apoyo para impuestos, seguro social, Infonavit energía eléctrica, renta e insumos para operar.
Estos son los únicos recursos económicos que el gobierno de AMLO destinará en apoyo al empleo y será en base a los padrones levantados por los servidores de la nación, para el programa de tandas.
Estos créditos pagarán el 6.5% de intereses; o sea, con el dinero del pueblo, le cobrarán intereses a la gente, el gobierno se volverá banquero y cobrará sus servicios, en momentos en que los bancos están condonando los intereses de los créditos hasta por 6 meses.
IX. “Sin aumentar el precio de los combustibles, sin aumentar impuestos o crear impuestos nuevos y sin endeudar al país”.
No puede aumentar los combustibles, porque gracias a la reforma energética, los precios flotan de acuerdo con los precios del petróleo y si el petróleo tiene un precio sumamente bajo, no habría razón de ningún incremento, porque los precios los determina el mercado y no el presidente AMLO, el que la gasolina esté bajando, no es una concesión del gobierno, si no de la caída de los precios del petróleo.
En una recesión no hay aumento de impuestos, si no al contrario, diferimiento en su pago o condonación. Y respecto al endeudamiento, si lo hay actualmente y se elevará la deuda pública arriba del 50% del PIB.
“Vamos a demostrar que hay otra forma de enfrentar la crisis sanitaria, económica o de cualquier otra índole, siempre y cuando no se permita la corrupción, se fortalezcan valores y principios como el humanismo y se gobierne para y con el pueblo”.
Esto es puro rollo.
X. Se posponen las acciones y el gasto del gobierno, con excepción de los siguientes programas prioritarios:
Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, las de personas con discapacidad, los apoyos de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras, jóvenes construyendo el futuro, becas para el Bienestar Benito Juárez.
Los programas Sembrando Vida, tandas para el Bienestar, atención médica y medicamentos gratuitos, producción para el Bienestar, precios de Garantía, distribución de fertilizantes, apoyo a los pescadores, , la Escuela es Nuestra, internet para Todos y Defensa de los derechos humanos.
La construcción de las siguientes obras: De las 100 Universidades Públicas, mantenimiento y conservación de carreteras, Caminos de mano de obra y rurales, carreteras en construcción, tren Interurbano México-Toluca, terminación de presas y canales, programa Nacional de Reconstrucción, tren de Guadalajara y zona libre de la Frontera Norte.
Los programas de la 4T: Apoyo a Pemex (65 mil millones de pesos), aeropuerto General Felipe Ángeles, rehabilitación de las seis refinerías, construcción de la refinería de Dos Bocas (200 mil millones de pesos), generación de energía eléctrica con la modernización de plantas e hidroeléctricas, sistema aeroportuario de la Ciudad de México, parque Ecológico Lago de Texcoco, tren Maya, Desarrollo del Istmo de Tehuantepec, Espacio cultural de Los Pinos y Bosque de Chapultepec.
O sea, nada nuevo, nada cuyo propósito sea reactivar la economía y superar la crisis sanitaria, porque AMLO se propone usar únicamente lo que ya está en el presupuesto.
Sólo le faltó la rifa del avión.
Así, más allá de la legalidad del decreto, cuya carencia de fundamentación y motivación es una vergüenza para todos, particularmente el Consejero Jurídico, si acaso fue tomado en cuenta para ello, lo demás es la muestra de que AMLO es incapaz de abandonar su proyecto ideológico y actuar de manera inteligente para salir avante de estas crisis que vivimos.