*“Muchos mexicanos trabajaron en el campo estadounidense entre 1942 y 1964, firmaron alrededor de 5 millones de contratos para permanecer 45 días y regresar; mientras, el gobierno mexicano les retendría el 10 por ciento de su salario para entregárselos después”, dijo la experta Ana Uribe.
En días pasados se presentó el libro “El programa Bracero en Colima: enfoques plurales y experiencias de vida”, de las investigadoras del Centro Universitario de Investigaciones Sociales (CUIS) de la Universidad de Colima, Ana Bertha Uribe y Karla Covarrubias.
La presentación se realizó en el auditorio de la Facultad de Letras y Comunicación, y los profesores Guillermo Torres, de la UdeC, y Priscila Perazzo, de la Universidad Sao Caetano Do Sul, de Brasil, comentaron esta publicación.
Ana Uribe señaló que esta investigación comenzó hace 10 años gracias a un grupo de investigación integrado por estudiantes, para conocer el impacto cultural, económico, social y de calidad de vida de los braceros mediante un trabajo interdisciplinario.
El libro, de 211 páginas, contiene seis capítulos sobre la estrategia metodológica, el aspecto económico y laboral que vivieron los braceros, incluidos contratos, pagos, remesas, traslados, revisiones corporales, trabajo en campo, comida y vivienda. Otro capítulo expone el aspecto cultural, identidad, adaptación a nueva vida, abandono, nostalgia, ganancias de la experiencia.
El capítulo “La calidad de vida percibida en los braceros de Colima”, por ejemplo, contiene datos recabados por los docentes Jorge Torres Hernández, Isaac Uribe Alvarado y Verónica Guzmán Sandoval, y es una evaluación de la calidad de vida de los braceros colimenses, para lo cual los propios braceros hablan de su experiencia.
Además, Ana Uribe dijo que los braceros en México son una población olvidada; “ahora son migrantes mayores; por ello, es importante recuperar la memoria”, acotó.
Para contextualizar, recordó que en el Programa Bracero trabajaron en el campo estadounidense muchos mexicanos entre 1942 y 1964, quienes firmaron alrededor de cinco millones de contratos. Estos contratos les permitían trabajar en el campo 45 días y regresar a su país; mientras, el gobierno mexicano les retendría el 10 por ciento de su salario para entregárselos después y lo que gastaran en insumos del campo al regresar.
Torres López y Priscila Perazzo comentaron que el libro “El programa Bracero en Colima…” es un valioso documento de memoria y agradecieron a las autoras hacerlo público. Por su parte, Guillermo Torres destacó que los testimonios de las personas son lo más valioso: “Compatriotas vivieron tratos discriminatorios y prejuiciosos, diferenciación de pagos, mala administración del dinero ganado y problemas con la ley”, enunció.
Al leer este libro, dijo Torres López, “complemento las historias de amigos que tuvieron a sus papás o familiares trabajando allá. Son testimonios directos”. Y señaló que todavía hay deudas de pago a braceros de Colima, Comala y Villa de Álvarez: “Es un tema muy actual”, precisó.
Por su parte, Priscila Peraza, quien realiza una estancia académica en la Facultad de Letras y Comunicación y el CUIS, reconoció en el libro un documento para abordar la migración con historias de vida de mexicanos que salen de México para ganarse la vida en Estados Unidos: “Es un desplazamiento que siempre ha existido, pero en esta época es un fenómeno más intenso que en otros momentos. Siempre migran para vivir mejor y las más de las veces para sobrevivir”, comentó.
Así pues, reconoció en las autoras su interés por la vida de los braceros, “en cómo escucharon sus experiencias y encontraron expresiones como frustración, lamento, tristeza, nostalgia, así como también, en ocasiones, orgullo y desafío”.
Al finalizar el libro, un apartado de gráficas proporciona datos interesantes, como en qué invirtieron el dinero las familias de los braceros, cuánto ganaban, frecuencia de las remesas, y qué harían si les pagaran lo que aún se les adeuda. Y gráficas de la pregunta: ¿Quién debe pagar el dinero de los braceros y cómo ha sido la gestión estatal?