Vladimir Parra: Independencia y 4ta Transformación

“Tengo, vamos a ver, tengo el gusto de andar por mi país,

dueño de cuanto hay en él, mirando bien de cerca lo que antes

no tuve ni podía tener, Zafra puedo decir, monte puedo decir,

ciudad puedo decir, ejército decir, ya míos para siempre y tuyos, nuestros,

y un ancho resplandor de rayo, estrella, flor.” Nicolas Guillen.

 

A 208 años del grito de independencia que el cura Miguel Hidalgo propagara para comenzar la primer gran transformación de nuestro país, podemos por primera vez en más de 3 décadas festejar nuestro retorno a ser una nación independiente y soberana que conduce su propio destino en donde las grandes mayorías son protagonistas de este proceso de cambio, y no las élites de una minoría rapaz que por mucho tiempo empobrecieron y sometieron al pueblo de México a un camino de violencia y despojo, de olvido y desprecio por nuestras raíces y por nuestra historia.

A nuestros héroes los volvieron estatuas de bronce, dejaron de tener un significado en nuestro devenir, los encerraron en discursos y ceremonias oficiales, se volvieron palabras sin sentido, nombres lejanos que salían de las voces de la clase política del viejo régimen cuando justificaban la barbarie a donde llevaron al país los últimos tiempos, nos quitaron en el  largo laberinto neoliberal donde estuvimos perdidos con gobiernos del PRI y del PAN nuestras playas, ríos, bosques y selvas, concesionaron gran parte del territorio nacional a las mineras, borraron el carácter humanista de la educación quitando materias como historia y ética, olvidaron el campo y nos condenaron a una dependencia alimentaria, al mismo tiempo, el libre mercado y el abandono del estado en las tareas de conducir y regular la sociedad, nos dejaron 60 millones de pobres, se pervirtió  el poder político dejando de tener autonomía, pasamos a ser una extensión del poder económico mundial y de un puñado de intereses de la  oligarquía nacional, la corrupción se hizo una forma de gobierno, el crimen organizado pasó a infiltrar las instituciones, la violencia inundó nuestras vidas y alcanzó todos los rincones del país y a todas las clases sociales, el tejido social fue golpeado fuertemente porque el gobierno era parte del problema y no de la solución que se vivía.

Nos heredaron así un país lleno de problemas y al borde del conflicto social, un pueblo que tenía poca o nula esperanza y que no creía en la democracia ni en las elecciones que solo servían para instrumentar la dictadura perfecta que había tenido su última evolución en “el pacto por México”, alianza de todos los partidos excepto Morena para saquear y entregar nuestro país a intereses extranjeros.

Entonces vino nuestro grito de independencia, la noche del 1 de julio del 2018, el pueblo mexicano salió de forma pacifica y organizada a votar masivamente por un hombre que había luchado durante décadas contra el régimen neoliberal, al que le habían arrebatado dos veces el triunfo en las elecciones mediante el fraude y la compra del voto, al que le habían hecho la campaña de odio mas grande en la época moderna, al que frente a todas las adversidades tuvo la humildad, la convicción y la paciencia de creer en el pueblo de México, de despertar la memoria histórica y la autoestima de un país entero, un hombre que recorrió todos los rincones del país, visitó todos los municipios, habló y escuchó el sentir de la gente, de los más humildes y los más olvidados, les dio esperanza y construyó una revolución de las conciencias en millones, que ya no vendieron su voto, ni se dejaron presionar e intimidar, que dejaron el escepticismo y le dieron un valor al voto que no había tenido antes, al  concretarse la cuarta transformación a través de las urnas.

Hoy a poco más de 9 meses de gobierno y  3 informes al pueblo México, celebramos nuestro primer grito de independencia realmente caminando hacia ella, siendo un estado libre, independiente, soberano, recuperando nuestra dignidad, construyendo el bienestar de la gente, teniendo a un presidente que vive en la austeridad republicana, que hizo a un lado toda la liturgia neoliberal de los lujos y los excesos , que habla para la gente todos los días, trabaja fines de semana, se levanta a las 5 de la mañana a trabajar como la gran mayoría, gobierna pensando en los pueblos y no en los organismos internacionales, en resumen,  un hombre que ha retomado  la lucha y el ejemplo de Hidalgo y Morelos, de Josefa Ortíz y Leona Vicario, de ser libres, de poder ser iguales ante ley, buscar y hacer valer la justicia social, de llevar todos los días y gobernar con ellos, los sentimientos de la nación. Este 2019 podemos decir con orgullo ¡Viva México!