Alfredo Quiles Cabrera
La plataforma de Big Data ‘Sin Tráfico’ y cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad, lograron medir el costo del congestionamiento vial para los ciudadanos así como las horas, en promedio, que los ciudadanos adultos de dichas ciudades han perdido en su vida atrapados en el tráfico.
Según la plataforma, en Colima las personas pierden anualmente 24 horas con 10 minutos atrapados en el trafico vehicular.
A continuación, te decimos cuántas horas pierde cada ciudadano, en promedio, cada año atrapado en el tráfico en las principales ciudades del país, según la plataforma de Big Data ‘Sin Tráfico’ y el Instituto Mexicano para la Competitividad.
Acapulco: 112.98 horas; Aguascalientes: 42.08 horas; Campeche: 28.34 horas; Cancún: 55.60 horas; Ciudad Juárez: 50.77 horas; Ciudad Victoria: 53.78 horas; Cuernavaca: 75.83 horas; Culiacán: 10.41 horas; Durango: 24.19 horas; Guadalajara: 98.44 horas; Hermosillo: 49.94 horas; La Paz: 32.66 horas; León: 54.27 horas; Mérida: 55.41 horas; Monterrey: 113.36 horas.
Morelia: 60.08 horas; Oaxaca: 36.36 horas; Pachuca: 77.88 horas; Puebla: 114.18 horas; Querétaro: 93.91 horas; Saltillo: 78.51 horas; San Luis Potosí: 52.17 horas; Tepic: 20.53 horas
Tijuana: 75.54 horas; Tlaxcala: 29.24 horas; Toluca: 116.07 horas; Tuxtla Gutiérrez: 36.60 horas;
Villahermosa: 79.85 horas; Xalapa: 78.61 horas, y Zacatecas: 49.98 horas.
La plataforma hizo un mapeo de los viajes diarios y el tiempo promedio entre diversas rutas de dichas ciudades y posteriormente cuantificó el tiempo extra de traslado generado en los viajes por causa de la congestión gracias a una red de cientos de miles de vehículos conectados vía GPS que les permitió seguir, minuto a minuto, más de 500 millones de recorridos durante todo un año, para conseguir los datos antes revelados.
En el informe: El costo de la congestión: vida y recursos perdidos, se analizaron 32 de las principales ciudades del país, entre ellas la CDMX, Monterrey y Guadalajara, para encontrar que anualmente el tránsito cuesta 94 mil millones de pesos.
El Imco explicó que, de continuar con las mismas políticas públicas e inversión en infraestructura vial, la cual privilegia el uso de vehículos sobre el transporte público, “las condiciones podrían agravarse a corto plazo”.
“La apuesta por el automóvil ha traído un fuerte crecimiento de vehículos, 5.3% más por año, lo cual aumenta la congestión y dificulta la movilidad, lo que beneficia más a las familias con mayores ingresos, ya que la población con menores recursos no es propietaria de un auto”, cita el documento.
En términos de tiempo, el costo de la congestión es de 100 horas anuales promedio por persona: los usuarios del transporte público pierden 118 horas al año, mientras que quienes usan automóvil pierden 71 horas.
Además de perder el tiempo en el tráfico, una persona pierde más de cinco mil pesos al año, puesto que pudo haber trabajado más horas o descansar, acudir a otras actividades o disfrutar más tiempo con la familia o disfrutar de más esparcimiento.
Además se identificaron los viajes de transporte público y privado que son afectados por el congestionamiento vial para con ello cuantificar el tiempo que las personas pierden.
Por otra parte, se encontró que a pesar de que la mayoría de las personas utilizan transporte público o caminan, la mayor parte del presupuesto asignado a movilidad (47%) está destinado a los automóviles y solo el 1.2% corresponde al mejoramiento del transporte público, explican las organizaciones.
Las ciudades del país más afectadas por el costo total de la concesión vial son la CDMX, con 47 mil 043 millones 636 mil pesos; Monterrey, con 9 mil 839 millones 242 mil pesos; Guadalajara, con 8 mil 067 millones 515 mil pesos; Puebla-Tlaxcala, con 4 mil 453 millones 805 mil pesos; y Tijuana, 2 mil 774 millones 592 mil pesos.
Por ello, el Imco y Sin Tráfico recomendaron a los gobiernos, tanto locales como al federal, invertir en transporte público para hacerlo mucho más seguro, eficiente y limpio, así como en infraestructura para movilidad no motorizada y resaltaron que se debe buscar que el transporte público sea financieramente sostenible para fomentar la evolución a ciudades con sistemas de información que permitan la multimodalidad en traslados y desincentivar el uso del automóvil con impuestos verdes.