Un equipo del fútbol argentino jugó casi tres décadas con su cancha torcida: tiene una mitad de campo más chica que la otra, un arco corrido y sus líneas perimetrales no están encuadradas.
La cancha de Liniers, inaugurada en 1987 y cuyo equipo milita en la quinta categoría, deberá corregir las fallas con plazo máximo hasta el 15 de diciembre ya que de lo contrario será clausurada, según lo determinó la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
El presidente de Liniers, Marcelo Gómez, destacó que las autoridades de la AFA al parecer se habrían enterado a través del Google Maps de las imperfecciones del estadio de “La Topadora” de la ciudad de San Justo, pegada a la capital argentina. Las anomalías de esa cancha eran conocidas en el fútbol del ascenso.
“La cancha siempre funcionó sin problemas y jamás tuvimos un apercibimiento”, destacó Gómez. “Salió en la imagen satelital, fue por eso. Es una obra que somos conscientes que teníamos que hacer, pero no así de buenas a primeras, de un día para otro”.
El ex enganche de Liniers, Silvio Fuentes, quien llegó a jugar con Carlos Tevez en las inferiores de Boca Juniors y en la actualidad sin club, le exprimió bien el jugo a los defectos de la cancha.
“La cancha ayudaba, pero siempre después de los entrenamientos me quedaba pateando córners. Hice nueve (goles) olímpicos en toda mi carrera, y cinco con Liniers”, declaró el jugador de 32 años al diario La Nación. “No hay una técnica particular, había que pegarle bien cerrado”.
Según especialistas, la cancha en falsa escuadra y lo anormal del área no ayudan al pateador, pero sí desorientan al arquero, que no tiene referencia del arco.
El actual atacante de Liniers, Maxi Castano, dijo a ese mismo medio: “Siempre nuestra cancha fue conocida como la de los arcos torcidos. Nadie se enojó y los rivales nos hacían chistes pero se sabía de lo anormal”.