La Procuraduría General de la República determinó que un área de 160 mil metros cuadrado del ejido Patrocinio en el municipio de San Pedro, Coahuila, era empleado como “campo de exterminio”.
Semanas antes investigadores de la PGR tras un recorrido en la zona determinaron que la zona no es una fosa, puesto que sólo se han identificado los restos de dos personas cotejados con familiares de desaparecidos de los grupos Vida y Fuundec.
El canal de riego de 2 kilómetros de largo y 80 metros de ancho, de acuerdo con versiones periodísticas, ha sacado a la luz 341 restos humanos en 2015 y 1,147 en lo que va del año, región tradicionalmente controlada por Los Zetas, uno de los grupos del narcotráfico más sanguinarios.
“Vas caminando y te vas encontrando con pequeños restos. Sigue caminando y sigues encontrando”, acota Ortiz sobre el canal de riego, además de declarar que los cadáveres eran bañados con diésel para ser consumidos por el fuego, hoguera que era avistada a kilómetros de distancia.
“Patrocinio puede ser la fosa clandestina más grande que haya en México, pero no la única”, afirma el periodista Raymundo Riva Palacio.