*Yolanda García impartió conferencia en la Expo Neuro “Aportaciones de las Neurociencias y la Psicología a la vida cotidiana”, que organizan la UdeC y la UNIVA.
“El suicidio es un fenómeno que, debemos entender, tiene muchas aristas: la familiar, económica, cultural y ambiental. La situación del suicidio es un todo”, señaló Yolanda García Ávila, experta del Instituto Jalisciense de Salud Mental, al impartir la conferencia “Suicidio: realidad o tabú”, en la Expo Neuro “Aportaciones de las Neurociencias y la Psicología a la vida cotidiana” que se realiza en la Universidad de Colima y la UNIVA.
“Hay que entender que el suicidio, en muchas situaciones, las personas lo piensan, lo valoran, lo van llevando a la ejecución y planeando; deciden cuál será el momento: el cumpleaños de su mamá, el aniversario de bodas, el día de su graduación, etc.”, comentó.
Manifestó que quienes se suicidan, en algunos casos nunca externaron que iban a atentar contra su vida: “Hay una línea tan delgada entre la vida y la muerte que, para la mayoría de las personas, pasa desapercibida, pero las personas sí dan señales. Hay un suicido que se llama impulsivo, que se comete en un momento de enojo o frustración, pero la mayoría lo planea por un desorden mental”, expuso.
Comentó que, para muchas personas, hablar de suicidio es vergonzoso y que incluso pagan para que en acta de defunción no aparezca tal término como causa de fallecimiento, esto debido a que la población tiende a señalar, criticar y juzgar para encontrar al culpable de que alguien se quite la vida.
Precisó que, en Colima, la tasa de suicidios es de 8.5 por cada 100 mil habitantes, y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que, por cada suicidio consumado, hay 25 intentos. “No estamos sensibilizados ante las personas con enfermedades mentales, porque cuando se ve una persona así decimos que está loco, da miedo. Tenemos que quitar estos tabúes”, afirmó.
Yolanda García señaló que la depresión, si se agudiza y no recibe la atención a tiempo, puede conllevar a un intento de suicidio o a un suicido consumado: “La OMS dice que casi el 90 por ciento de las personas con intento o suicidio consumado vivieron con depresión que no fue detectada a tiempo”, añadió.
El suicidio, continuó, “es un fenómeno que toca entender a doctores, psicólogos, psiquiatras, docentes, a todos los trabajadores de todas las ramas, pero también a todos nos corresponde como sociedad, como padres de familia”.
Manifestó que se tiene que dejar de condenar y empezar a comprender lo que conlleva al suicidio: “Una persona que atenta contra su vida es señalada, criticada, condenada, es dejada de lado. Socialmente, la palabra suicidio sigue siendo un tabú para algunos, denota preocupación; para otros, indiferencia, y otros tantos indagan por morbo”, dijo.
Además, manifestó que es un mito que quienes hablan de suicidio no tienen la intención de cometerlo, pues pueden estar pidiendo ayuda de esa manera. Un número significativo de personas que contemplan cometer suicidio presentan ansiedad, depresión y desesperanza, y pueden considerar que carecen de otra opción.
Por último, expuso que también es mito que el suicida está decidido a morir; por el contrario, los suicidas suelen ser ambivalentes acerca de la vida o la muerte: “Alguien puede actuar impulsivamente al beber plaguicidas, por ejemplo, y morir pocos días después aunque hubiera preferido seguir viviendo. El acceso al apoyo emocional en el momento propicio puede prevenirlo”, finalizó.