Por Guillermo Bueno
Una de las cosas más demandadas, criticadas y juzgadas para el hombre es su función, rol, o identidad de padre. En este sentido es muy visible, expuesto como carne de cañón, hasta vapuleado, y por otro lado totalmente invisibilizado. Para muestra de ello la relevancia que tiene el día del padre en contraste con otras fechas, celebraciones o días del…. [] tanto así que el 15 de junio, ya se está opacando al asignarse el mes de junio a la causa de la diversidad.
Con todo ello, estar siendo papá es una oportunidad brillante de vida para los hombres, función estrechamente vinculada a la naturaleza de ser hombre natural, biológico. Esta función es insustituible en ese enfoque y esencia, pues es la carga emocional, tacto y fuerza de un varón transmitido a su descendencia: hijas o hijos.
Se entiende que por diversas causas hay infantes que tienen padres no biológicos, adoptivos, a veces el tío, o el abuelo han cumplido esa figura ante sus ojos y experiencia. Cualquiera que sea el caso, es notable la importancia y relevancia de la figura del padre en la crianza, desarrollo y acompañamiento de vida de una persona. Cuando se carece, por más compensada que sea será notoria su ausencia.
Papá luchón, es el reconocimiento diario para aquellos hombres que sin excusas y pretextos no han abandonado su vocación, su amor de ser papás para sus hijos, y a veces, para quienes no procrearon.
“Papá luchón”, no es un término peyorativo o denigrante, por el contrario, es un término que busca visibilizar la posición de aquellos hombres que calladamente, a veces de manera invisible, son el sostén de sus hijos, de su hogar, que cada mañana salen a esforzarse y luchar para llevar a sus familias los recursos que dan paso a realizar los sueños, anhelos y alegrías de sus hijos. Inicialmente son recursos económicos que luego se traducen en educación, deporte, recreación, ropa, salud, diversión, viajes, etc., es claro que ser papá va más allá de ser proveedor económico para la familia o los hijos.
Detrás de la acción de generar la provisión, se ponen en juego un sin número de desafíos para el hombre comenzando en tener confianza en sus habilidades, seguridad en sí mismo, tener domino propio para no derrochar lo ganado en vicios (los que sean), planificar su vida personal y laboral para darle continuidad a los proyectos de vida de sus hijos. Cuando el papá ha puesto atención y tomado autoconsciencia, buscará estar a la altura de construir y no derribar la vida de sus hijos, edificar con el ejemplo mismo, y no solo sermonear. Sabrá que su presencia es más importante que el dinero, sin dejar de lado la importancia que éste último tiene.
El papá luchón, seguirá día tras día haciendo su labor a pesar de que no reciba las gracias correspondientes, que en ocasiones reciba más reclamos que comprensión. Sí, habrá cometido errores, pero se sobrepone y avanza, no deja que la vida corra y desperdicie el tiempo de amar a quienes le dan la oportunidad de ser llamado “papá”.
En este día del padre, un amplio reconocimiento a todos aquellos hombres que han roto el molde de la dureza, el miedo, el autoritarismo, violencia para avanzar a una experiencia más congruente con el papel de papá, de ser humano: amor, solidaridad, escuchar, colaborar, respetar la libertad, vivir la co responsabilidad, la espiritualidad y abundancia de vida.
