Hay veces que una palabra, una frase, una sonrisa o una palmadita en la espalda hecha en el momento adecuado, genera mas beneficios que una torre de libros, cursos de superación personal o un sin fin de horas de terapia.
Los seres humanos antes de ser pensantes y sociales somos seres emocionales por naturaleza, en cierto sentido estamos programados para sentir emocionalmente cualquier tipo de experiencia. Antes de pensamiento esta la emoción, sentimos y una vez que sentimos es que pensamos, este juego de palabras hace mucho sentido a lo dicho por el Dr. Daniel López Roseti “no somos seres racionales, en realidad somos seres emocionales que razonan” ya que la emoción es la responsable en gran medida de los procesos de pensamientos, toma de decisiones y creatividad.
En los últimos años, las neurociencias han explorado más a detalle la gran influencia de las emociones en los procesos de pensamiento, aprendizaje y toma de decisiones, exponiendo cada vez más la importancia de éstas en la vida personal y social, lo que conlleva a replantearnos elementos de gran importancia en dos aspectos fundamentales: relaciones humanas y educación. Para fines de esta publicación me referiré brevemente al tema de las relaciones humanas, dejando pendiente para una próxima publicación lo relativo a la educación.
Hablar de relaciones humanas es tocar la esencia de la humanidad por dos motivos principales, primero constituye la base de la construcción social y cultural, y por otra moldea el carácter individual entendido como la programación emocional que conjuntamente con la experiencia, la educación y el sistema de creencias dan forma a una interpretación del mundo desde una construcción individual, percepción que es altamente influenciada por las relaciones humanas. El Dr. John Dewey padre del pragmatismo educativo e impulsor de la corriente pedagógica denominada como la Nueva Escuela, planteó este poderoso principio “El impulso más profundo de la naturaleza humana es el deseo de Ser importante” ¿Qué quiere decir esto?, que el reconocimiento asertivo al prójimo abre las puertas de su pensamiento por medio de la emoción; para ejemplificar lo anterior basta con hacer una introspección personal y recodar aquellas personas que te hallan mostrado un genuino reconocimiento y contrastarlo con aquellas que te hallan criticado. ¿Con quién te sentirías mas cómodo (a)? ¿ a quién apoyarías? como puedes ver, esta experiencia ya influye en la toma de una hipotética decisión.
En esta época en la cual tenemos acceso a gran cantidad de información, no es secreto para nadie el conocer el gran poder de la palabra y de las relaciones humanas, el problema es que ese poder se utiliza más para la manipulación o chantaje emocional que para contribuir en la formación de individuos sanos. Hoy más que nunca necesitamos personas emocionalmente sanas, espero que estas líneas te recuerden la gran influencia que tienes con tu palabra y en tus relaciones sociales, tu puedes ser la luz o la oscuridad de una persona, tu puedes ser la diferencia entre un individuo herido buscando devolver la herida o el bálsamo de la herida que empieza a sanar.
Termino con este principio de Dale Carniege “Un genuino interés en la otra persona es la cualidad más importante que puede tener un ser humano”.