El ser humano pierde, cada vez más, su capacidad de asombro: Juan Carlos Meza

*Realizan el pabellón de Filosofía en el Bachillerato 34.

 

Esta semana, estudiantes del Bachillerato 34 de la Universidad de Colima llevaron a cabo el Pabellón de Filosofía con el objetivo de contemplar esta materia desde un enfoque teórico, práctico y educativo. El tema fue la motivación.

 

Para hablar sobre este tema se contó con la participación de los maestros Martha Villanueva, Juan Carlos Meza y Víctor Rodríguez, así como del director del plantel, Jorge Farias López, quienes compartieron con los jóvenes sus ideas acerca de la motivación.

 

Al tomar la palabra, Martha Villanueva pidió a los estudiantes que no pierdan de vista su objetivo para que encuentren su motivación: “No hay que olvidar que la causa o la razón que nos mueve es la motivación. Que ésta sea la herramienta que les ayude a llegar. Hay que preguntarse por lo que a uno le hace querer llegar a un objetivo”.

 

Víctor Rodríguez expresó que se debe partir de la introspección e inspección de uno mismo: “¿A dónde voy?, ¿qué voy a hacer?”, así como tener en mente que hay que realizar un esfuerzo: “Nada en esta vida es regalado y no tenemos nada asegurado; tengan siempre claro dónde están y hacia dónde van”, expuso.

 

Juan Carlos Meza explicó que filosofar supone un quién y un qué: “Hablar sobre el futuro supone un problema de entrada, se trata de filosofar acerca de lo que todavía no es; es decir, en un sentido estricto no se filosofa sobre nada; sin embargo, sí se puede filosofar sobre la posibilidad desde la perspectiva del presente y del pasado”.

 

Reiteró que al filósofo le corresponde reflexionar sobre lo que pueda avecinarse, y que es ahí donde surge la necesidad de una Filosofía de la esperanza: “Es una búsqueda de respuestas, pues el ser humano de hoy no pregunta por qué está perdiendo, cada vez más, su capacidad de asombro; parece como si todo lo encontrara normal, como si evadiera el pensar por sí mismo, como si temiera encontrarse consigo mismo”.

 

Por último, concluyó que el ser humano que imagina y sueña, que proyecta y lucha a nivel personal y grupal, mantiene la esperanza.